El meteorito que cayó a mediados de febrero sobre la región rusa de Cheliábinsk en los Urales contiene en su mayor parte minerales de silicatos como el olivino y el ortopiroxeno, informaron geólogos rusos.
Los fragmentos, que fueron cedidos a los científicos por un maestro residente en una aldea de la zona, también incluían sulfuro de hierro y níquel, y, en menor medida, cromo, clinopiroxeno y plagioclasas, según las agencias locales.
Según el Instituto de Geología y Mineralogía del departamento siberiano de la Academia de Ciencias de Rusia, el estudio de los meteoritos es crucial para la reconstrucción de las etapas iniciales del sistema solar, ya que esos cuerpos astrales incluyen los componentes a partir de los que fueron creados originalmente los planetas.
En su opinión, el fragmento más grande del meteorito se encuentra en el fondo del lago helado de Cherbarkul, donde la caída del objeto espacial dejó un gran agujero.
Los científicos están en contra de la “recogida indiscriminada” de los restos del meteorito por la población, ya que les priva de un valioso material de investigación sobre la historia del Universo.
El meteorito, que dejó más de 1.500 heridos en la región, 319 de ellos niños, tenía según la NASA una masa de hasta 10.000 toneladas en el momento de estallar en la atmósfera, el mayor que ha caído sobre la Tierra desde 1908.
EFE