Aunque en Uruguay soplan vientos liberales acerca del cultivo y consumo de marihuana, lo cierto es que este verano, como viene pasando en las últimas temporadas turísticas, el cannabis paraguayo (pocas veces brasileño) casi no se encuentra en el mercado ilegal de las drogas en Uruguay.
Fuentes oficiales dijeron que en cada verano en Paraguay se produce en enero un cambio de cultivos, y eso entorpece los envíos de la planta hacia el exterior, aunque los narcotraficantes guaraníes tienen reservas de otras cosechas.
Pero este año se suma la desarticulación de una serie de organizaciones locales que se encargaban básicamente del tráfico de marihuana. Los que aspiran a llenar su lugar no tienen los contactos debidos en Paraguay y acceden a pequeñas cantidades.
La semana pasada la Policía requisó 50 kilos de marihuana en Rocha, una cantidad ínfima si se tiene en cuenta que solo el año pasado se incautaron 1.224 kilos de marihuana.
La jerga de los organismos de seguridad ya ha dejado de creer en aquella premisa que decía que por cada kilo requisado otros 10 pasaron por la frontera; tampoco es que sepan exactamente en que nueva premisa creer tras el futor de los carteles de la droga.
Fuentes policiales dijeron que en el transcurso de investigaciones que, habilitados por la Justicia, llevan adelante contra presuntos narcotraficantes, los investigadores se enteraron que existían quejas entre estos porque no había marihuana accesible para volcar al mercado uruguayo.