El serbio Novak Djokovic hizo gala de breves destellos de su mejor tenis al comenzar el lunes su camino hacia un tercer título consecutivo del Abierto de Australia con un 6-2, 6-4 y 7-5 ante Paul-Henri Mathieu .
Aunque quizá reservó su energía para batallas posteriores, el número uno del mundo apareció cuando tuvo que enfrentarse a tres puntos de quiebre en el segundo set y nuevamente cuando el tercero parcial parecía destinado al “tiebreak”.
En la primera ocasión, el serbio consiguió tres “aces” para situarse fuera de peligro y en el segundo conectó un par de golpes excepcionales que terminaron sellando su victoria en una hora y 42 minutos.