Domingo, 22 de Diciembre del 2024
El día viernes 16 de noviembre esta obra será finalmente estrenada -luego de una década de permanecer en la sombra- gracias a la apasionada labor del director de orquesta mexicano Eduardo García-Barrios, quien ha sido por muchos años un importante promotor de la música contemporánea en México y un acérrimo defensor de la obra de varios compositores latinoamericanos, entre ellos los peruanos Edgar Valcárcel y Celso Garrido-Lecca, con quienes ha colaborado en múltiples ocasiones. El maestro García Barrios ha sido además director de la desaparecida Orquesta Sinfónica de la Universida de Lima, con lo que su relación con el Perú ha sido, literalmente, un affaire de toda la vida.
Escribe el compositor peruano Celso Garrido-Lecca (*1926) en la primera página de Canto vivo al atardecer, la última obra de su catálogo, a modo de epígrafe:
“Con el título de estas canciones he querido sugerir un estado especial en esta etapa de mi vida al llegar a los 80 años de edad, estado que indica un temperamento si bien de reposo, sin embargo creo que permanece todavía vivo y fecundo.
Es por el sentido afirmativo de este momento que he tomado a dos poetas importantes del Perú que siempre me han cautivado; César Vallejo y Sebastián Salazar Bondy, cuyos textos son una exaltación de la fraternidad, la esperanza y el amor en suma. De Sebastián, a quien conocí y valoré su amistad, escogí sus poemas “No apagues la lámpara” y “Recado a un joven poeta”, y de Vallejo “Aquí Ramón Collar” y “Considerando…” de Poemas Humanos, cuyo sentido siempre me ha llegado hondamente.
Son poesías que desde hace mucho tiempo había deseado ponerles música, pero es en éste momento de mi vida en el que finalmente las he interiorizado y escrito porque ha llegado ya el ineludible atardecer.
En estas cuatro canciones compuestas para voz de barítono y orquesta he tratado de resaltar, dentro de una armonía densa y dramática, la gran fuerza poética de Vallejo, sin menoscabar por otro lado el lirismo que aflora en el aspecto melódico a través del color orquestal en conjunción con la voz en muchas de las secciones de las cuatro obras y de manera especial en las de Salazar Bondy.”
