Estuvimos en su vuelta a la televisión. Y compartimos como amigos, las actuaciones que lo encumbraron en el escenario nacional demostrando que la vena histriónica le viene de familia. Artista de perfil bajo y leal a sus responsabilidades profesionales. A Rodolfo Carrión lo tenemos en el “El Especial del humor”, como en su época de oro. Estamos hablando del querido “Felpudini”, el personaje que marcó historia en el insuperable programa “Risas y salsas”.
-Rodolfo, ¿volviste después de 10 años?
“Es la oportunidad que me da la vida y gracias a Dios me va bien, con trabajo y con el apoyo de hermanos del arte, como Jorge Benavides.”
-¿Recuerdas tus primeros trabajos?
“Claro, ahí tienes haciendo de Shakespeare y de Enrique IV, es que desde joven me encantó el teatro clásico”
-¿Qué te ha dado el personaje de “Felpudini”?
“Todo. Hasta hoy me cuesta dejarlo, la gente no olvida este querido personaje. Es que “Felpudini”, pese hacer un “sobón”, cayó bien al público.”
-Igualmente te asocian en buenos términos con Analí Cabrera.
“El mayor de mis recuerdos y respetos, primero a la amiga, luego a la esposa. Es una etapa linda e imborrable en mi vida personal.”
Como saben Rodolfo conoció a la popular artista en los primeros cafés-teatros, en los inicios de actuaciones de plumas y lentejuelas.
-Felpu, ¿cómo te mantienes físicamente?
“Siempre me cuido, todo tiene su espacio y tiempo. Llevo una vida ordenada, además los años no pasan por gusto. Trabajar y tener la mente ocupada es la mejor fórmula para mantenerse y vivir en paz.”
-¿Te has arreglado en algo?
“Hermano, eso no va conmigo, apenas tuve que arreglarme la nariz por un accidente, que casi no lo cuento.”
-Muchos creen que eres limeño.
“No hermano, soy ancashino y de los tierra adentro, a los 19 años vine a Lima y creo que el tiempo me dio la razón. Siento nostalgia cuando escucho un huaynito y pienso en mi viejito, todo un compositor de bonitos huaynos.”
-Entonces, ¿cuándo te das cuenta que lo tuyo era el arte?
“Desde mi paso por el Teatro Histrión, junto a mi hermano Adolfo Chuiman, entre otros actores que actualmente triunfan dentro y fuera de las tablas”.
-¿Cómo aprecias a tus colegas humoristas?
“Cada uno tiene lo suyo y los respeto. Hay diversos conceptos de comicidad, como críticas por la comicidad de gays, es el público que al final decide sus preferencias.”
-¿Te costó dejar el teatro para incursionar en la televisión?
“En principio, porque nosotros disfrutábamos de nuestro arte, a pesar que no era tan comercial. Hasta que un día, gente de la televisión, diría productores de espacios, se dieron cuenta que el humor se hacia a través de actores, de comediantes. Así pasamos a días más cómodos y también familiares.”
-¿Hay diferencia con los programas antiguos?
“Mucho influye los formatos o recursos con tecnología de punta, pero básicamente es la sapiencia de uno, la “chispa”, la improvisación oportuna. El artista peruano es muy creativo, muy ocurrente, a veces nos salimos del libreto para sumar en la secuencia.”
-¿Cómo has encontrado a tus ex-compañeros?
“Con el mismo cariño y hermandad dentro y fuera de los sets. A los jóvenes siempre les digo que debemos pisar tierra, los divos son efímeros. Mira, yo conocí a Adolfo “papá” Chuiman, antes que fuera conocido, y nuestra amistan cada vez es más grande, así debe ser el profesional.”
Cuanta razón tiene Rodolfo. Su inagotable carisma y gracia, la seguimos gozando en la pantalla de plata, como en los buenos tiempos.
POR: MARCOS MENDOZA