Santiago, nov. 27 . La pobreza en América Latina y el Caribe ha caído a su nivel más bajo en tres décadas gracias a ingresos más altos, informó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Pese a la contracción de la pobreza, 167 millones de personas siguen siendo pobres en la región, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo económico regional de Naciones Unidas.
La cifra es un millón menos que en 2011 y representa el 29% de los habitantes de la región, de los cuales 66 millones siguen sumidos en una pobreza extrema, misma cifra que el año pasado.
“Las actuales tasas de pobreza e indigencia son las más bajas observadas en las últimas tres décadas, lo que es una buena noticia para la región, pero aún estamos frente a niveles inaceptables en muchos países”, dijo Bárcena.
“El desafío es generar empleos de calidad en el marco de un modelo de desarrollo orientado a la igualdad y la sostenibilidad ambiental”, agregó.
Los países latinoamericanos que experimentaron algunas de las reducciones más fuertes en la pobreza fueron Argentina, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Panamá.
Las principales razones de la caída promedio de la pobreza en la región fueron el aumento de los salarios y más puestos de trabajo, de acuerdo con el informe Panorama Social de América Latina 2012.
El informe dijo que entre las diferentes fuentes de ingresos de los hogares, el ingreso laboral fue el que contribuyó más al cambio de los niveles de ingreso en los hogares pobres.
Las mujeres y los niños son especialmente vulnerables a la pobreza en América Latina donde los menores de edad representan el 51% de quienes viven en condiciones de pobreza extrema.
El informe también concluyó que en la última década ha habido menos desigualdad en la distribución del ingreso, aunque el problema sigue siendo uno de los principales desafíos en la región.
Las estadísticas más recientes disponibles para 18 países indican que, en promedio, el 10% más rico de la población en Latinoamérica recibe el 32% del ingreso total, mientras que el 40% más pobre recibe el 15% de los ingresos totales, lo que la hace una de las regiones más desiguales del mundo.