Eduardo Marcos Rueda
Profesor de Seguridad Social de la Facultad de Ciencias Administrativas y Recursos Humanos
emarcosr@hotmail.com
La seguridad social comprende dos áreas fundamentales: salud y pensiones; y su objetivo es cubrir las contingencias más importantes (enfermedad, maternidad, invalidez, edad, fallecimiento, accidente de trabajo, enfermedad profesional, etc.). A ello se agregan las prestaciones sociales. El Derecho de la Seguridad Social es el estudio integral de todas, pues todas tienen importancia.
En nuestro país, los regímenes de salud y pensiones más importantes estuvieron a cargo de una institución, el Instituto Peruano de Seguridad Social, hasta la década del 90, en que se desvinculó el ámbito de pensiones para trasladarlo a la recientemente creada Oficina de Normalización Previsional, ONP, mientras que el área de salud continuó en la institución que, luego, pasó a denominarse Seguro Social de Salud, Essalud.
Mediante Decreto Supremo 015-2012-TR suscrito por el Presidente de la República y refrendado por los ministros de Salud y de Trabajo, se ha declarado en reorganización a Essalud. También se produjo la renuncia del doctor Álvaro Vidal, su presidente ejecutivo, y la designación de la doctora Virginia Baffigo en ese cargo. Todo ello después de la huelga médica en que salieron a relucir problemas, sobre todo, respecto de la atención médica.
Y es que “volver a organizar algo de manera distinta y eficaz”, para el caso de Essalud, significa revisar muchos de los aspectos que lo rodean.
El aspecto más importante es lograr la verdadera autonomía financiera, económica y administrativa de Essalud pues sus ingresos son propios y producto de los aportes. A partir de ello, buscar el equilibrio económico financiero y su relación -obvio- con el aporte y el pago de los aportes. ¿Se adoptarán medidas para elevar el aporte y evitar la morosidad, incluyendo las entidades estatales? Tal vez se eliminen algunos casos especiales como el de los trabajadores agrarios que pagan sólo el 4% o el aporte con topes que tienen los trabajadores por Contratos de Administración de servicios, CAS.
Será necesario revisar, renovar y simplificar los procesos para que las citas sean oportunas, lo cual se basa en la compatibilidad de los sistemas informáticos de Essalud y de la Superintendencia de Administración Tributaria, SUNAT, encargada de recaudar los aportes. Se debe evitar que un asegurado “no aparezca en el sistema” mientras que su empleador ha pagado puntualmente sus aportes o se retrase el reembolso por subsidios.
También tiene relación con la situación laboral de los médicos y su actitud frente a los pacientes. Y, naturalmente, con el personal administrativo que atiende a los asegurados. Es importante tener en cuenta que se trata de una entidad de servicios que va a tener permanente demanda de atención médica y va a estar expuesto a constantes críticas sobre sus servicios. Y, desde luego, con la política de remuneraciones de la que todos reclaman una mejora.
Pero también con la concientización de los propios asegurados en solicitar los servicios cuando verdaderamente lo necesiten y aceptar las citas los días asignados.
Los sistemas de atención tendrán que revisarse y será conveniente utilizar nuevos medios como la ampliación y difusión del servicio a domicilio (incluso, entrega de medicinas a domicilio) o del médico de familia a afiliados y pensionistas, como pilar inicial o nivel I de atención médica, de modo ascendente hasta los hospitales nacionales, según la complejidad y gravedad de la atención que se requiera.
En este ámbito, ¿será positivo el convenio con los centros asistenciales del Ministerio de Salud, de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional y de Solidaridad? En los años 80 se intentó ese convenio con el Ministerio de Salud a fin de intercambiar servicios médicos en todo el país. Ahora sería no sólo para extender la atención de salud geográficamente sino también para descongestionar esa atención en los lugares urbanos.
Se debe regular mejor los servicios que brindan las Entidades Prestadoras de Salud, EPS (para capa simple y, en algunos casos, para capa compleja), en centros asistenciales privados. Esta modalidad de atención con participación del sector privado, incluida en la Ley 26790, tuvo como objetivo la desconcentración de los servicios médicos de Essalud. Lamentablemente, ahora se está mal interpretando los requisitos de algunas atenciones, en perjuicio de quienes eligieron esa opción o trasladando las enfermedades pre – existentes.
Incentivar la política de medicina preventiva incluyendo las campañas de salud, en los mismos centros laborales, a los trabajadores y sus derecho-habientes.
Mayor rigurosidad en el control de quienes se inscriben o solicitan atención médica para evitar situaciones irregulares como los de algunos “trabajadores del hogar” que, en realidad no lo son; las supuestas concubinas; o, la interpretación de requerimientos legales como el de las hijas menores de edad en caso de atención por parto.
En fin, los objetivos de la reorganización, en la práctica, exigen una revisión total del funcionamiento del Seguro Social de Salud que es difícil cumplir en un período determinado. Ojalá que, por lo menos, se avance. Essalud pues, es un paciente por auscultar y recetar; mejor, por reorganizar.