El 7 de octubre Hugo Chávez fue reelecto en Venezuela en el mismo domingo en que se conmemoraba el 100 aniversario del nacimiento de Fernando Belaunde Terry, quien fuese presidente del Perú en 1963-68 y 1980-85. Chávez y Belaunde representan los escenarios políticos tan diferentes que han seguido las dos repúblicas andinas. Venezuela tiene una “revolución socialista” que se inició en 1999 y que puede constitucionalmente durar hasta el 2019. El Perú tiene, desde hace casi un tercio de siglo, una democracia liberal que fue instalada desde 1980 por Belaunde, quien substituyó en palacio la misma junta militar socialista que lo depuso 12 años antes. ¿Por qué en Perú Belaunde logró desarticular la herencia de la “revolución socialista” que lo depuso y por qué en Venezuela Chávez ha logrado desarticular la herencia de las democracias liberales que él ha reemplazado con su nacionalismo radical? El comandante que lleva 14 años en el poder en Caracas es un gran admirador del general Juan Velasco, quien en su gobierno de 1968-75 afirmó que el Perú tenía un “socialismo de participación plena'” Sin embargo, Chávez ha evitado haber sido depuesto como él. Algo que ha trabajado a favor del caudillo venezolano es el boom petrolero (las divisas por el oro negro se han cuadriplicado desde que él llegó a palacio) lo que permite una amplia caja para hacer reformas y beneficios sociales, la coyuntura internacional (EE.UU. está agotado y muy preocupado en sus guerras en el mundo islámico, mientras que en los 1960 y 1970 guardaba con gran celo su “patio trasero” ‘ latinoamericano contra la interferencia del ya fenecido bloque soviético) y un cambio de estrategias políticas. Mientras en el velasquismo peruano el Parlamento fue clausurado y todos los ministros y el poder estaban en manos de las FF.AA. (lo que generaba un amplio desgaste de dicha institución), el chavismo ha mantenido la democracia multipartidaria y dentro de los marcos de esta ha ganado 4 elecciones presidenciales consecutivas además de alrededor de media docena de otras elecciones a nivel nacional. El chavismo ha adquirido una legitimidad constitucional interna e internacional, gobierna con amplios sectores de la sociedad civil y un partido de masas y dominando a la mayoría de las organizaciones laborales y populares y se cuida de no aparecer como una dictadura abierta. El velasquismo, en cambio, nunca dejó de ser una dictadura castrense sin partido y congreso y contra los partidos y el congreso, y también enajenando a civiles y sindicatos. El presidente venezolano anterior a Chavez fue Rafael Caldera, cuyos correligionarios socialcristianos cogobernaron siempre con Belaunde.
Sin embargo, él nunca pudo transformarse, como Belaunde, en una figura alternativa a su propio velasquismo, mientras que en Venezuela aún no asoma ningún potencial reemplazo al chavismo desde el centro a la derecha.