El primer portaaviones de la historia de China, el “Liaoning”, entró hoy en servicio con una ceremonia de botadura en el puerto militar de Dalian (noreste), un gesto de fuerza de un Pekín que busca modernizar su Armada en medio de conflictos marítimos con Japón, Vietnam y Filipinas.
El buque, bautizado Liaoning, es la antigua nave soviética Varyag, comprada a Ucrania en 1989. Tiene 300 metros de eslora y fue dotado de una nueva planta motriz, además de armamento modernizado. Contaría con capacidad para albergar unos 26 aviones de ala fija y 24 helicópteros.
Según autoridades, aunque el portaaviones ya está en operaciones, no embarcará aeronaves por el momento.
El anuncio oficial del Ministerio de Defensa chino, largamente esperado, no está oficialmente ligado a la escalada vinculada con el diminuto archipiélago en disputa con Japón, aunque ha llamado la atención la coincidencia de fechas.
La puesta a punto de la poderosa nave respalda las ambiciones de la potencia asiática para contar con una armada con capacidad para operar en los océanos, lejos de sus aguas territoriales.
El gigante asiático era el único miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU –integrado por Estados Unidos, Francia, Rusia y Reino Unido, además de China– que no contaba con este tipo de navío.
Hasta ahora, los únicos países de Asia que contaban con este tipo de nave de combate eran India y Tailandia.