El centro espacial de la NASA reveló que la Tierra se enfrentará, en 2014, a una tormenta solar, afectando así a las redes de electricidad, comunicaciones y satélites alrededor del mundo.
Entre las posibles consecuencias que podría causar el fenómeno de ola solar se encuentra el derretimiento de los transformadores de los sistemas eléctricos del mundo, daño en los satélites y en los sistemas de comunicación.
En 1859 se registró la última tormenta solar de gran envergadura. Según reportes de la época, el fenómeno fue tan masivo que se formaron auroras boreales que se pudieron ver mucho más al sur de donde generalmente se presentan.