Las XXX Olimpiadas acabaron en Londres. Según los organizadores casi 5 mil millones de los 7 mil millones de humanos que somos vieron al menos algo de estas en la TV. Tanto la inauguración como el cierre tuvieron mil millones de televidentes.
El show final reunió a los mejores talentos de la música y de la moda británicos mostrando el liderazgo en esos rubros del país que gestó la industrialización del globo. Verlo rodeado de miles de emocionados londinenses y mirando directamente las luces de Bengala fue algo que me llenó de emoción.
Boris Johnson, el alcalde conservador de Londres, ve que su popularidad se ha disparado a punto que ya es el futuro primer ministro tory en espera (y posiblemente candidato a la presidencia de EEUU, por ser neoyorkino) mientras que él se jacta que su metrópolis ha masificado sus ventas y escapado de la recesión europea. El ha opacado al primer ministro de su partido David Cameron, a su vice liberal (que casi paso desapercibido) y a los laboristas Livingstone y Blair quienes fueron los artífices que Londres ganase el derecho a ser sede olímpica en el 2005.
Elizabeth II ha festejado así los 60 años de su reinado como la mujer y el monarca más poderosos que hay estando en un cenit. La inmensa mayoría de sus súbditos andan con la moral alta y se han identificado con su equipo que quedó tercero con 65 medallas (29 de oro). Si se suman los otros 15 países que regenta esta monarca ese número de medallas casi se duplica y supera a los del primer puesto (EEUU con 104) y segundo (China con 88).
Una satisfacción para ella es que en estos juegos casi nadie se ha acordado que hace 12 meses Inglaterra ardió con la peor ola de saqueos de su historia. Más bien, las minorías étnicas que en proporciones altas participaron en esos disturbios, salieron a festejar el hecho de que los dos deportistas británicos más populares son de color: Jessica Ennis (hija de jamaicano) y Mohammed Farah (somalí).
Tampoco se recordaba que 7 julios atrás, apenas a Londres se le adjudicó el derecho a ser sede olímpica, hubo una matanza de Al; Qaeda y que la única víctima de la policía antiterrorista fue un inocente joven brasilero, en tanto que el público se deleitó por que por primera vez en una clausura olímpica se le pasase la nueva bandera a un país suramericano.
En el show final se pasó y se construyó una imagen de John Lennon entonando su canción donde se pide que s e imagine un mundo sin guerras mientras en la víspera el gobierno británico destinó más dinero para la guerra siria mientras que sus tropas siguen ocupando Irak y Afganistán