Domingo, 19 de Mayo del 2024
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“Resistencia monárquica”

Publicado el 28/05/12

LIMA –

Una de las celebraciones más importantes que hoy hay en el mundo es el del 60 aniversario desde que Elizabeth II ascendiera al trono británico. Tales conmemoraciones van de la mano con una serie de eventos espectaculares en Reino Unido, incluyendo las Olimpiadas.

Una parte del programa ha consistido en una reunión de todos los monarcas que quedan en el poder en Europa (Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica, España, Luxemburgo, Mónaco y Liechtenstein), en el mundo islámico (Marruecos, Jordania, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Bahréin, Qatar, Kuwait y Brunei) y en otras partes del planeta (desde Tonga en Oceanía hasta Suazilandia en África Austral pasando por Japón). Esto además de algunos monarcas (como los de Yugoslavia o Grecia) que están destronados.

Lo que llama la atención es el limitado rechazo que éstas tienen en medio de un mundo que se jacta de tener por primera vez a la mayoría de la humanidad y de los países viviendo con gobiernos electos, y donde las intervenciones para deponer dictadores son algo usual.

Ante la corona británica no hay muchos movimientos republicanos que se le opongan en casa, aunque sí son fuertes en Irlanda (la isla que más sufrió la opresión británica) y crecen en Australia (donde en 1975 Elizabeth II depuso a un primer ministro democráticamente electo).

El Reino Unido, si bien reclama ser la potencia con la democracia ininterrumpida más antigua, nunca ha tenido un Presidente, un gobierno electo directamente por la población o siquiera una Cámara Alta votada por el pueblo. En ese país se jura la fidelidad ante la reina, la misma que aparece en todos los signos monetarios y es la gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra, pero pocos le sindican de promocionar el culto a la personalidad o la teocracia.

Elizabeth II es reina de 16 países – incluyendo el más grande después de Rusia (Canadá) y el único del planeta que abarca todo un continente (Australia) siendo el territorio combinado de todos ellos el equivalente a un sexto del territorio mundial.

Dentro de los monarcas que se ensalzan, figuran varios que encabezan los regímenes más retrógrados que hay. Los sauditas vetan el cristianismo, los partidos o el que la mujer ande sola y sin velo. El rey de Suazilandia puede escoger cuanta esposa quiera y vivir en la opulencia mientras su país es el que tiene el mayor porcentaje de sidosos.

Hoy ni los EE.UU. gustan de recordarse que quien les hizo la peor guerra que libraron fue la tan pro-hitleriana realeza nipona, la cual es hoy su principal socio por las costas de China. Y dentro de los que aplaudieron la intervención en Libia, nadie menciona que los principales proveedores de armas y dinero a los antigadafistas, estaban las mismas petromonarquías autoritarias del Golfo que invadían Bahréin aplastando su movimiento popular pro-democracia.



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