Reestrenarán en mayo tres películas peruanas galardonadas

Lima, may. 02 . El “Ciclo de cine peruano” programado por la Dirección de Industrias Culturales del Ministerio de Cultura, reestrenará las cintas Las malas intenciones, Dioses y El destino no tiene favoritos, en formato de 35 mm, durante el mes de mayo.

Esta nueva temporada se estrenará el sábado 5 y domingo 6 de mayo, en la sala Armando Robles Godoy del Museo de la Nación, ubicado en el distrito de San Borja. El ingreso a todas las funciones es totalmente libre.

Dirigida por la joven cineasta Rosario García-Montero, Las malas intenciones es una multigalardonada película, ganadora del Premio Mejor Largometraje Latinoamericano en el Festival de Cine de Mar del Plata, el Premio a la Mejor Película Peruana del Año del Festival de Cine de Lima y el Premio Especial del Jurado del Festival de Gramado.

Tiene como protagonista a Cayetana de los Heros, una niña de 8 años que crece en el Perú de comienzos de los 80. Hija de padres separados, al regresar de un largo viaje su madre le cuenta que está embarazada, una noticia que la desmorona.

Estrenada en el 2010, Dioses fue el segundo largometraje de Josué Méndez luego del éxito obtenido con Días de Santiago. Es una mirada crítica a un sector de la alta sociedad limeña a través de la vida cotidiana de una familia.

Diego, el hijo menor, está enamorado de su hermana, Andrea, y enfrenta la culpa y los placeres que esto le provoca. Andrea, sin embargo, ocupa su tiempo en otras cosas: ella tiene sus propios secretos que esconder.

Mientras tanto, Agustín, el padre de ambos, ha traído a la casa a Elisa, su nueva novia veinte años menor que él, y de una condición social y económica más humilde.

El tercer reestreno, la película El destino no tiene favoritos del director Álvaro Velarde, es una parodia al mundo de las telenovelas, donde la realidad y la ficción terminan entremezclándose a través de la extravagante vida de sus protagonistas.

Ernesto, un millonario que viaja frecuentemente por negocios, alquila el jardín de su mansión al equipo de rodaje de un culebrón.

Su mujer, Ana, disgustada por la invasión de actores y miembros del equipo de producción decide, al principio, abstenerse de participar en la filmación.

Pero su decisión cambiará radicalmente cuando pase el casting para ser la antagonista de la novela, envolviéndose en un rodaje dominado por un juego de poderes donde prevalece el chantaje y la intriga.