EFE/ La entrega del Premio Cervantes al chileno Nicanor Parra fue una ceremonia “atípica”, y no por ello menos intensa, como corresponde a un antipoeta, quien por boca de su nieto Cristóbal Ugarte, lector del discurso, cree merecer el premio “X un libro que estoy X escribir”.
La ausencia del Rey y del propio premiado, Nicanor Parra, de 97 años, que no viajó a Madrid por recomendación del médico, marcó la solemne ceremonia, que como cada año se celebró en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Una ceremonia que presidió por primera vez en la historia del premio el príncipe de Asturias, y en la que estuvieron presentes el ministro de Cultura chileno, Luciano Cruz-Coke, y el de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno.
Cristóbal Ugarte (apodado “el Tololo” por tener los ojos tan grandes y juntos que le recuerdan a su familia un observatorio de Chile del mismo nombre), de 19 años, vestido muy elegante para la ocasión, fue portador de las palabras de su abuelo, quien pidió “un año mínimo de prórroga para poder ‘perigueñar’ un discurso medianamente plausible”. “Don Quijote no cabe en un fin de semana”, dijo Nicanor Parra a través de su nieto, quien contó que antes de viajar a España había dejado a su abuelo “en su casa de Las Cruces, en la costa chilena, rodeado de libros”.
Parra suele reunir los textos que escribe para los discursos y actos oficiales bajo el epígrafe de “Discursos de sobremesa”. “Yo demoro seis meses en armar un discurso que se lee en 45 minutos y que parece que estuviera improvisado”, comentó.
Pero Cristóbal Ugarte llenó el paraninfo con los antipoemas de su abuelo, y lo hizo bajo la presencia de una máquina de escribir antigua con la que Parra escribió sus textos y que el nieto trajo desde Chile en la maleta, para que hoy sea depositada en la Caja de las Letras del Cervantes, con un poema inédito que no se podrá leer hasta dentro de 50 años.
“¿Esperaba este premio?”, le preguntan a Parra en uno de los breves poemas leídos por su nieto con voz firme y con las modulaciones adecuadas. “No/ Los premios son/ como las Dulcineas del Toboso/ Mientras + pensamos en ellas/ + lejanas/ + sordas/ +enigmáticas./ Los premios son para los espíritus libres/ y para los amigos del jurado”, dice Parra.
Un discurso con humor e ironía, porque para Parra “la verdadera seriedad es cómica”, como recordó el ministro español de Cultura, José Ignacio Wert, quien dijo “que la antipoesía es una poesía irreverente que cuestiona el statu quo con aspereza y a veces con sorna, pero que no lo hace por capricho”.
Mientras tanto, en su estancia chilena, Nicanor Parra celebró que el heredero de la Corona española lo calificara de poeta “rupturista” y “esencial”. “Buena la frase del príncipe”, comentó Parra quien prácticamente a la misma hora en que se celebraba la ceremonia se encontraba desayunando con su nieta Isabel, con quien poco después salió a comprar la prensa del día. De regreso a su casa, antes de subir a su viejo Volkswagen escarabajo, Nicanor pidió a una periodista que le contara cómo había estado la ceremonia.