Chelsea se defendió con todas sus armas y sacó el máximo fruto en las contras para dejar al Barcelona en las puertas de la final del próximo 19 de mayo.
Para jugarse el título en el Allianz Arena de Múnich, los dirigidos por Roberto Di Matteo no podrán contar con los mediocampistas Raúl Meireles y el brasileño Ramires, además del capitán John Terry. Los de Guardiola lo intentaron de todas las maneras posibles pero la letalidad acostumbrada no estuvo presente.