Viernes, 27 de Diciembre del 2024
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La ONU y Palestina

Publicado el 07/03/12

Desde sus primeros momentos, las Naciones Unidas han aceptado la división del antiguo mandato británico de Palestina entre dos Estados: uno para sus habitantes nativos y otro para el de sus nuevos colonos judíos. En 1947-48, la ONU aceptó partir ese territorio en seis pedazos separados. El del noroeste, el centro-este y el suroeste fueron asignados a los semitas de lengua árabe y el del noreste, centro-oeste y sudeste a los de lengua hebrea. Esta división no funcionó y condujo a una guerra en la cual el Estado de Israel se consolidó y amplió logrando conectar sus 3 zonas y creando un puente terrestre hacia Jerusalén. De las tres zonas asignadas a los palestinos, la del norte fue anexada por Israel, la del centro por Jordania y la del sur por Egipto. Después que en 1967 Israel arrebató militarmente estas tierras a sus vecinos árabes es que creció con fuerza el reclamo por un Estado palestino, cuyos principales propagandistas eran los del “campo socialista” que inicialmente armaron a Israel y los países árabes que antes se incorporaron Gaza y Cisjordania. Inicialmente el Fatah de Arafat y sus aliados en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) promovían la “lucha armada” para expulsar a los “colonos sionistas” y crear una república secular en toda Palestina, hasta que tras la desintegración de la Unión Soviética los “movimientos de liberación nacional” impulsados por ésta en todo el mundo empezaron a buscar un reacomodo con Washington. Entonces la OLP decide reconocer el derecho de Israel a existir y a que se proclame un Estado palestino en menos del cuarto de su territorio original y reduciéndose a las zonas que Israel quitó a Jordania y Egipto en la guerra de 1967. Las negociaciones quedaron entrampadas debido a la situación de Jerusalén (en cuya parte oriental los palestinos quieren hacer su capital y que Israel quisiera mantenerla como su capital unida e indivisible) y la de los millones de refugiados palestinos, quienes quisieran retornar a sus tierras (pero que de darse afectaría a la composición mayoritariamente hebrea de Israel). Los “moderados” de ambos campos (los laboristas israelíes y al Fatah) quedaron desplazados en sus respectivas nacionalidades por los intransigentes sionistas de Netanyahu e islamitas del Hamas, quienes solo quieren que Israel/Palestina quede bajo el control de una sola de sus dos principales religiones. Si la ONU decide darle el status de miembro observador a Palestina, EE.UU. tiene el derecho a vetar su ingreso como miembro pleno en ésta. No obstante, tal decisión podría ser aprovechada por los “moderados” palestinos e israelíes como un punto para buscar un acuerdo de paz.



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