LIMA –
Tras el éxito de Avatar, Walt Disney estrenó su propio megafilme en 3D sobre otro mundo en el espacio: John Carter. Esta última película, que acaba de estrenarse, apunta a ser una de las que más pierda cientos de millones de dólares mientras que la primera ha sido la más taquillera de la historia.
Pude deleitarme viendo ambos filmes en la mayor pantalla Imax de Inglaterra donde pude apreciar sus grandes efectos especiales. Ambos tienen un héroe terrestre que va a otro globo donde acaba desposándose con una princesa extraterrestre nativa de allí.
En Avatar se configura todo un ecosistema diferente con una atmósfera y gravedad que permite el gigantismo y fosforescencia de su fauna y flora, mientras que la evolución produce animales de 6 extremidades y humanoides altos, con largas colas y resistentes a grandes caídas.
Avatar se supone que se da en el primer sistema estelar cercano al nuestro (Alfa Centauro), aunque los astrónomos no han descubierto allí un gigante de gas como Júpiter tras el cual pudiese orbitar una luna como la de esta obra. Sin embargo, la imaginación desplegada no está divorciada de valederas hipótesis científicas.
En cambio, John Carter presenta un escenario sin ningún apego a la ciencia. Carter es un humano que llega al planeta más próximo no en una nave sino mediante una medalla milagrosa y Marte no es una esfera helada, casi sin atmósfera e incapaz de sostener animales o plantas (tal como lo han comprobado las investigaciones espaciales), sino una más caliente que la nuestra, con mucho oxígeno y con habitantes humanos nativos, los cuales, además, son todos blancos que hablan un inglés norteamericano.
Las 3 especies de animales que allí aparecen no tienen relación directa con el medio ambiente presentado, mientras que hay humanoides verdes que no tienen nada que ver con nosotros o nuestros ancestros mamíferos, reptiles o peces pues tienen 4 brazos, sangre azul, carecen de nariz y dejan a sus huevos sin cuidar (algo imposible en una especie inteligente). No se sabe de qué se alimenta esa fauna y en el cielo no se ve a ninguna criatura (cuando en la Tierra ¾ de los animales no marinos vuelan).
La única otra raza humana que sale en dicha película es la de apaches enemigos que persiguen en EE.UU. a John Carter (un excombatiente del bando esclavista en la guerra civil norteamericana) antes de que él sea transportado a Marte.
Mientras la historia de Avatar fue creada en este milenio, la de Carter fue creada hace un siglo por al autor de Tarzán, quien le pone cierto tufo supremacista blanco. John Carter fue la inspiración a varias figuras de más de 4 extremidades en Avatar y otras obras de ciencia de ficción y pese a sus bemoles nos ayuda a comprender cómo nuestra visión del espacio ha cambiado desde la época de nuestros abuelos o bisabuelos.