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Hospital Valdizán atendió 50 casos de adictos a videojuegos

Publicado el 15/02/12

Lima, feb. 15 . En el último año, alrededor de 50 adolescentes peruanos recibieron tratamiento para superar su adicción a los videojuegos en el hospital nacional Hermilio Valdizán, informó hoy dicho nosocomio, en donde 15 de ellos incluso fueron internados.

Los menores, en su mayoría adolescentes, habían convertido el videojuego en su forma de vivir y habían llegado al grado de abandonar sus estudios, deteriorando seriamente su rendimiento académico, indicó a laAgencia Andina el jefe del departamento de adicciones de ese hospital, Carlos Ordóñez.

Estos pacientes, mayormente de entre 15 y 18 años de edad, fueron tratados en primer lugar con medicamentos para que superen la etapa del síndrome de abstinencia (ansiedad), y luego con ayuda psicológica a fin de que tomen conciencia de su enfermedad y participen activamente en los cambios que tienen que darse en sus vidas.

El especialista anotó que entre los principales síntomas que señalan que tenemos un ludópata en casa figuran el cambio de conducta del joven, cuyo rendimiento académico baja notoriamente y es capaz de estar ocho o 10 horas frente a una computadora sin parar.

“Normalmente están muy fatigados porque dejan de dormir para jugar, sobre todo aquellos jóvenes que tienen la computadora en el dormitorio y que son capaces de amanecerse jugando, mientras sus padres creen que están estudiando o durmiendo”, explicó.

Ordóñez manifestó que un adolescente ludópata tiene mucha más facilidad de caer en otros vicios como el tabaco, el alcohol y la cafeína, y anotó que el consumo de bebidas energizantes que contienen esta última sustancia es muy frecuente entre estos chicos, quienes llegan a abusar de esos productos, precisamente para mantenerse despiertos y seguir jugando.

Otros factores que contribuyen a acentuar estos vicios son el mejor nivel económico del joven y la ausencia de padres y hermanos mayores, que dejan a los menores a su libre albedrío.

El experto reveló que en las consultas ambulatorias se pudo detectar que la prevalencia de trastornos mentales asociados a los problemas adictivos es muy alta.

“Es una comorbilidad que puede llegar al 70 por ciento”, indicó el galeno. Agregó que en el caso del alcoholismo los trastornos más frecuentes son la depresión, la bipolaridad y la esquizofrenia.

Tras señalar que la adicción es considerada por muchos científicos como una enfermedad que reviste un compromiso cerebral, además del carácter psicológico y social, el experto señaló que la droga o el juego pasa a ser en un adicto una necesidad primaria.

“Para el cerebro es indistinto que sea una droga o un estímulo a través de la visión, como son los videojuegos, los que le dan la sensación de placer al aumentar la dopamina, el neurotransmisor que la provoca”, detalló.

Agregó que, en líneas generales, se sabe que cuanto más temprano se empiece a consumir alcohol o tabaco más pronto también la persona comenzará a experimentar con drogas más peligrosas aún.

Comentó que el Instituto de Drogas de Estados Unidos ha hecho importantes investigaciones y cada vez encuentra más evidencia de que el factor genético es gravitante en la enfermedad adictiva.

“La proporción entre el factor genético y el factor ambiental en un caso de adicción puede ser de 50 a 50”, manifestó.

Dijo que, por lo menos, en el caso del alcoholismo, se ha demostrado con estudios que quien tiene carga genética tendrá muchas posibilidades de desarrollar la enfermedad si se enfrenta a un ambiente riesgoso, como una escuela muy permisiva o una familia de consumidores.

Según sus cálculos, en cinco o 10 años será posible acudir a un laboratorio a practicarse una prueba para saber si se tiene o no la carga genética que hace que una persona sea más propensa al vicio, al igual como ahora se hace una prueba de ADN.

“Para que la enfermedad se desarrolle, generalmente, deben conjugarse ambos factores, pero la persona que tiene carga genética tiene más posibilidades de concretarla y más dificultad para superarla que quien sólo está influenciado por el ambiente”, opinó.

En ese contexto recomendó alejarse de las adicciones para no correr riesgos, porque aún se desconoce quién tiene carga genética y quién no.

“En ese caso hay que echar mano de factores protectores como son una buena escuela, trabajo preventivo fuerte con los padres y evitar que estos, ni de broma ni como una gracia, permitan que sus hijos pequeños beban alcohol o fumen un cigarrillo”, remarcó.



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