Lima, feb. 15 . Se calcula que por lo menos el 75% de las viviendas en Lima habría sido edificado de manera informal y sin observarse las normas de construcción, según el decano de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Javier Piqué.
Tras precisar que es necesario un estudio previo para determinar si se trata de edificaciones débiles o no, dijo que ante un eventual sismo las zonas de mayor riesgo son Conchán y Lomo de Corvina, en Villa El Salvador, así como varios puntos del Callao, Chorrillos y La Molina.
Respecto a las viviendas de Lima, el especialista dijo que si bien no todas se encuentran en un mal suelo, subsiste el peligro en la medida en que han sido edificadas sin seguir las normas de construcción.
“Además, nadie puede asegurar, sin hacer un estudio previo, si esas construcciones son débiles o no”, agregó.
El especialista en edificaciones sostuvo que, a través de un recorrido realizado por Lima, ha podido observar la existencia de viviendas construidas sobre muros de concreto que están cerca de cerros arenosos.
Sin embargo, advirtió sobre la existencia de diversas construcciones que aun cuando están cerca de los cerros carecen de toda protección; por lo cual están en riesgo constante de que se produzca un deslizamiento.
Dijo que otro elemento para tener en cuenta está referido al poco mantenimiento dado a las viviendas, así como al uso de ladrillos no diseñados para resistir fenómenos naturales.
En ese sentido, dijo que la magnitud de los daños que podría originar un sismo de gran intensidad en la capital deberá medirse en función de varios elementos.
Explicó que entre ellos se incluyen el tipo del suelo, la ubicación de las viviendas, la calidad de las construcciones y los materiales que se utilizaron al levantar las edificaciones.
Javier Piqué recomendó a los propietarios de viviendas de cuatro a más pisos hacerlas revisar por algún ingeniero civil, en la medida en que este es el profesional preparado para evaluar el grado de vulnerabilidad de una construcción.
Dijo que, en su defecto, los propietarios pueden acudir a la municipalidad de su jurisdicción para solicitar una evaluación de sus viviendas.
“Los muros son elementos muy buenos para resistir los sismos, pero se necesita un cierto ojo técnico para examinarlos”, detalló.
Sostuvo que si bien los simulacros ayudan a que las personas se preparen y sepan responder ante un sismo, también es conveniente que sus viviendas sean inspeccionadas para determinar los lugares más seguros al interior de las mismas; así como las vías de evacuación.
Con relación a los frecuentes desbordes de ríos que generan las lluvias, invocó a las personas a no asentarse en los cauces de los torrentes, porque estos pueden cambiar.
El decano de la Facultad de Ingeniería Civil de la UNI reveló que son varios los distritos de la capital que podrían experimentar mayores estragos ante un sismo de gran magnitud, debido específicamente a la composición de sus suelos.
Sostuvo que ello se debe a que la superficie de esas jurisdicciones es de muy baja calidad y añadió que el peligro aumenta al existir (en estos lugares) inmuebles de cuatro o más pisos que han sido construidos de manera informal y sin la verificación de un especialista.