Lima, ene. 12 . El Instituto Italiano de Cultura de Lima, en colaboración con la Asociación Cultural Giuseppe y Gina Flangini presentan una significativa selección de dibujos y litografías de Giuseppe Flangini, artista italiano que vivió en la primera mitad del siglo pasado.
La muestra fue recientemente presentada en el Complejo del Vittoriano en Roma, en el Cerce Municipal de Luxemburgo y en el Palacio Imperial de Innsburck.
Lambros Dose, uno de los curadores de la muestra en el Arengario, realizada en Milán, escribió: “Maravilloso equilibrio entre la verdad y la transfiguración lírica, feliz síntesis entre la reproducción de lo verdadero y la íntima poesía de las cosas, los diseños de Flangini nos cuentan sus meditaciones, sus viajes, sus experiencias, su perfecta adhesión al continuo cambio de la luz, de la atmósfera, del paisaje”.
La exposición, que se enmarca en un amplio programa de muestras internacional sobre el artista para conmemorar el 50 aniversario de su muerte, permanecerá abierta al público hasta el 3 de febrero.
Giuseppe Flangini (Verona, 1898) inició temprano su formación como docente, la cual continuó luego de transferirse a Milán en 1944.
Hasta entonces Flangini fue, en palabras de sus biógrafos, una persona dedicada a varios oficios: pedagogo y profesor, comediógrafo, pintor, diseñador, dotado de un extraño poder en cada uno de los campos en los que se aventurase. Luego, la pintura prevaleció, pero quedaron vivos en él los intereses múltiples.
Su primera exposición fue organizada por la Sociedad de Bellas Artes en Verona en 1921. Desde ese momento participó en todas las manifestaciones artísticas nacionales más importantes, entre las más prestigiosas la Cuadrienal de Arte de Roma y las exposiciones presentadas desde 1948 hasta 1961 en el Palacio de la Permanente de Milán.
También participó en exposiciones internacionales, recibiendo premios y reconocimientos.
En Milán enseñó hasta 1950. Luego dejó la escuela y se dedicó por completo a la pintura, relacionándose con los más importantes artistas del momento como Contardo Barbieri y Carlo Carrà.
Sus viajes al exterior, que comenzaron en 1922, pronto se convirtieron en peregrinajes anuales en búsqueda de los lugares que habían inspirado a impresionistas y expresionistas. Durante una de sus permanencias en Ostende (Bélgica) inició una relación de amistad con el belga James Ensor con quien, en numerosas ocasiones, discutía sobre arte.
Los últimos años de Flangini, entre 1959 y 1961, estuvieron caracterizados por un nuevo y feliz cromatismo atribuible a las experiencias de los Fauves y de Vlaminck en particular. En agosto de 1961, y a consecuencia de una breve enfermedad, murió en Verona.
En los años sucesivos a su muerte fueron organizadas alrededor de cuarenta exposiciones, en Italia y en el extranjero, para recordar la figura y la obra del maestro.
Las más recientes son las presentadas en el Complejo del Vittoriano de Roma, el Palacio Imperial de Innsbruck, el Centre Historique Minier en Francia, en Le Bois du Cazier en Bélgica, en la Fundación Stelline de Milán y en el Palacio Té de Mantua. Entre las más significativas no pueden olvidarse la de la Ópera Bevilacqua la Masa en Venecia, en el Arengario y Palacio Real en Milán, en Castelvecchi y en la Gran Guardia en Verona.