LIMA –
La tercera elección que han tenido los republicanos de EEUU, el pasado sábado 21 en Carolina del Sur, han producido un giro. Poco antes de ello The Economist sugería que Romney, así como ganó las 2 primeras internas de Iowa y Nueva Hampshire, iba a triunfar en las siguientes 2 de Sud Carolina y Florida, con lo cual podría esperarse que la oposición a Obama dejara su ácida pugna interna para acordar un candidato común capaz de deponerlo.
Sin embargo, la posible coronación de Romney se ha roto, pues él allí apenas sacó un 28% de los votos. En cambio, quien había quedado tercero en las anteriores dos primarias arrasó con un 40%: Newt Gingrich (ex líder del Congreso en 1995-99).
Por otro lado, un nuevo reconteo de la primera interna dada el 3 de enero en Iowa ha arrojado que el conservador Rick Santorum le arrebató dicha victoria a Romney.
Todo esto puede producir rabia y “grrrrs …” en los que ansiaban que los republicanos pronto adoptasen un candidato más ‘moderado’ y pronegocios abriendo la posibilidad de que un cristiano duro venza.
Santorum, Romney y Gingrich han ganado respectivamente uno de los 3 estados que ya han votado. Después que se han ido retirando 6 postulantes sin que ninguno de ellos haya logrado delegado alguno, solo queda en carrera uno cuarto, Ron Paul, el cual no tiene chances de triunfar pero sí de aglutinar una significante minoría de libertarios, pacifistas y aislacionistas, con la cual él bien pudiese acabar dirimiendo al presidenciable que seleccione la convención partidaria.
En la tabla de posiciones Romney encabeza con el 30.1% de los votos depositados y con 31 delegados obtenidos. Le siguen en esos mismos rubros Gingrich con 29.9% y 26, Paul con 17.2% y 10, y Santorum con 16.5% y 8. Gingrich ha cosechado a su favor el retiro del evangelista conservador Rick Perry y él podría llegar a un acuerdo con Santorum quien también es un católico apuntalado por evangélicos, muchos de los cuales rechazan considerar a los mormones como cristianos, y cuestiona a Romney por haber hecho concesiones en la agenda conservadora ante el aborto, las uniones gays o la medicina privatizada. Los votos de ambos derechistas duros suman un 45% y 34 de los 75 de los delegados electos por el momento.
En el título de uno de sus últimos libros Gingrich caracteriza a Obama como un “socialista secular” y plantea revertir sus políticas internas y externas por una de menos impuestos y controles laborales, más concesiones a las perforaciones petroleras y mineras, más rigidez antiinmigratoria y una línea más dura ante Irán, Corea del Norte, Rusia, China y Cuba.
A los republicanos les espera un extenso proceso de lucha interna, el mismo que puede desgastarles para satisfacción de Obama.
Errata – En la columna de ayer cuando se habló del candidato católico se debió referirse a Rick Santorum y no a su tocayo Perry quien se retiró de la contienda.