Lima, dic. 25 . El Papa Benedicto XVI aprovechó su mensaje urbi et orbi para pedir que termine el derramamiento de sangre en Siria, donde han muerto cerca de 5 mil personas en el marco de las protestas contra el gobierno de Bashar al Asad.
“Venga Dios a la ayuda de nuestro mundo, azotado por tantos conflictos que incluso todavía manchan la tierra con sangre”, agregó.
Desde la plaza de San Pedro en el Vaticano, Joseph Ratzinger aprovechó también para pedir el reinicio de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Del mismo modo, imploró a Dios “que dé un renovado vigor a la construcción del bien común en todos los sectores de la sociedad en los países del norte de África y Medio Oriente”.
Por otro lado, denunció el deseo del hombre de querer “sustituir” a Dios, de “decidir lo que está bien y lo que está mal” y de creerse “el dueño de la vida y la muerte”.
Anoche, con un clima lluvioso y frío, el Papa ofició la misa en la que la Iglesia desde la noche de los tiempos conmemora el nacimiento de Jesús.
Benedicto XVI exhortó durante la misa, a abandonar los “destellos” de la sociedad de consumo y “la soberbia” de la razón “liberal” para dejarse seducir por la humildad de Jesús, un Dios que pide paz para todos.
Al finalizar su discurso, el Sumo Pontífice emitió un saludo por Navidad en 65 idiomas.