Madrid, dic. 20 . El líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, fue electo hoy como nuevo presidente del gobierno español con los votos a favor de una amplia mayoría de 187 de los 350 diputados en el Congreso, frente a 149 votos en contra y 14 abstenciones.
En contra votaron los diputados del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la coalición nacionalista catalana Convergència i Unió (CiU).
Los legisladores del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y de Coalición Canaria se abstuvieron, según informó DPA y cuya información recoge Télam.
De esta manera, Rajoy, quien fue derrotado en sus dos intentos anteriores (2004 y 2008), se convierte en el segundo presidente del Gobierno del PP, después de José María Aznar, y el sexto desde la instauración de la democracia en este país europeo.
Durante la segunda jornada del debate de investidura que concluyó con su elección, el próximo inquilino del Palacio de la Moncloa ratificó las líneas de su programa de austeridad para los venideros cuatro años, con una fuerte contracción del déficit.
Afirmó que en 2012 reducirá en 16 mil 500 millones de euros el desfase entre ingresos y gastos para cumplir con el objetivo de déficit de 4,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), exigido por la Unión Europea (UE).
En la víspera, Rajoy anticipó que la primera propuesta que su administración llevará a la cámara baja será la ley que desarrolla la impugnada reforma de la Constitución, pactada en septiembre último entre el PP y el PSOE.
Ese cambio introducido en la Carta Magna por conservadores y socialistas prohibirá por ley un déficit superior al 0,4 por ciento del PIB a partir del año 2020 para el conjunto de las administraciones públicas.
Sentará, además, las bases para un recorte progresivo del nivel de la deuda pública hasta el 60 por ciento del PIB, desde el 66 por ciento actual, según indicó Prensa Latina.
Como prioridades de su plan de ajuste mencionó el saneamiento de las entidades financieras, reformas en el sector público para lograr mayor eficiencia y evitar duplicidades y una profunda “flexibilización” de la legislación laboral.