Lunes, 16 de Septiembre del 2024
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José del Solar, el “Hijo pródigo” de Universitario de Deportes

Publicado el 28/12/11

Uno de los personajes más identificados con el club Universitario de Deportes es sin duda José del Solar. Formado en las divisiones menores del club, se tuvo que trasladar al club San Agustín por problemas de horarios, pero luego regresó y destacó nítidamente en el campeonato nacional, al punto que la Universidad de Chile lo incorporó a sus filas. Su desempeño en el club mapocho fue tan sobresaliente que el club español Tenerife desembolsó cerca de un millón y medio de dólares para contar con su aporte.

Diez años después, cuando se encontraba vistiendo la camiseta de un equipo turco, regresó al club que lo vio nacer. Con su importante servicio el cuadro merengue obtuvo el campeonato de 1999. Sin embargo, al año siguiente volvió a emigrar, pero en julio del mismo año retornó para ganar el tricampeonato con la camiseta crema.

Todo el 2011 jugó gratis por Universitario de Deportes al saber que el club se encontraba en una situación económica crítica. Al año siguiente se retiró del fútbol, tras lograr el Torneo Apertura, y retornó a España, a fin de iniciar sus estudios como técnico de fútbol.

Su debut como técnico titulado no pudo ser menos auspicioso: Con Juan Antonio Pizzi dirigió al Club Atlético Colón por solo tres encuentros oficiales sin obtener un solo punto. Ese mismo año (2005) aceptó dirigir al club Sporting Cristal, algo que muchos hinchas de Universitario de Deportes consideraron un acto de traición. Con el club celeste no solo ganó campeonatos sino que derrotó al club de sus amores cuantas veces le tocó enfrentar. Las monedas que le arrojaron los fanáticos cremas en cada duelo no amilanaron en nada su convicción de haber actuado como un profesional.

En el 2006 la Universidad Católica de Chile decidió contar con sus servicios. Estuvo muy cerca de obtener el campeonato del Torneo Apertura. Cuando parecía que iba a continuar trabajando en el fútbol mapocho recibió una oferta de la comisión mundialista 2006 para dirigir a la selección peruana de fútbol. José del Solar no lo pensó dos veces y aceptó el difícil reto. Muchos consideraron que la falta de experiencia le iba a pasar factura. El último lugar en el proceso eliminatorio para la Copa Mundial de Fútbol del 2010 dejó en claro que lo de su inexperiencia era apenas un detalle insignificante, la punta del iceberg de otras falencias aún más gravitantes.

Cuando parecía que luego de su ingrata experiencia se iba a tomar unas largas vacaciones, el presidente de Universitario de Deportes, Julio Pacheco le ofreció dirigir al primer equipo. Como era de esperarse, muchos hinchas no vieron con buenos ojos su retorno al club: su vinculación con Sporting Cristal y su pésima labor en la selección lo descalificaban totalmente. Muy pocos recordaban que había jugado un año gratis por el club. Dato importante ya que en su condición de técnico de la “U” prácticamente tampoco percibió sueldo, situación que no experimentó ni con el club celeste ni mucho menos con la selección peruana, por el cual cobró una suma importante (34 mil dólares mensuales). Más aún, no solo cobró por dirigir sino por aprender, como lo manifestó en una conferencia de prensa, pero ese aprendizaje lo redituó en beneficio de su club. Acto solidario que tampoco ha servido de mucho para sensibilizar a sus detractores.

A pesar de contrataciones cuantiosas, Del Solar no logró imponer un patrón de juego definido y el equipo  crema desempeñó una campaña irregular.  Para colmo de males, la institución ingresó a un período caótico: Deuda considerable con la SUNAT, problemas administrativos, deuda con los jugadores, inhabilitación del Estadio Monumental, pérdida de puntos en mesa, etc. En medio de tanta adversidad, José del Solar se situó, paradójicamente, en una posición excepcional: Se volvió inmune a las críticas. Criticarle por un resultado adverso era poco menos que perverso; halagarle por uno positivo resultaba mezquino.

Obviamente, los objetivos  de la institución crema cambiaron considerablemente. De aspirar a ganar la Copa Sudamericana, el equipo se impuso el propósito  de tratar de avanzar los más que se podía; de ganar el campeonato Descentralizado 2011, se trazó la meta de evitar bajar a la Segunda División. Finalmente, Del Solar logró materializar ambos objetivos: Universitario llegó a Cuartos de Final del torneo internacional y obtuvo los puntos necesarios para jugar el próximo año en primera.

Esta vivencia sui generis nos lleva a formular la siguiente pregunta: ¿Del Solar busca deliberadamente dirigir en condiciones adversas? Aun cuando se trata de experiencias de distinta magnitud, es inevitable cotejar lo sucedido en Universitario de Deportes con su experiencia en la selección. Hablamos, sobre todo, del ingrato episodio ocurrido con jugadores de la selección en el hotel de San Isidro. Era una tarea ineludible castigar a los faltosos, ciertamente, pero sin afectar a la selección. Pizarro, Farfán y Acasiete eran jugadores imprescindibles para soñar con uno de los cupos clasificatorios al Mundial de Sudáfrica. Del Solar, sin embargo, optó por una sanción ejemplar.  Con Piero Alva y Johan Fano en el ataque, el sueño de Bolivia de aspirar a ocupar el penúltimo lugar comenzó a plasmarse.

La permanencia de José del Solar en Universitario de Deportes es incierta. Pero antes que se defina su continuidad, tendrá que definirse quién es el presidente del club. Para la Federación Peruana de Fútbol es Edmundo Guinea; para la directiva que presidía Julio Pacheco, su sucesor es Rubén Santiago Gavino Sánchez. De otro lado, la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT) ha decidido embargar al club  por las deudas que mantienen por varios años con el ente tributario. Embargo que se hará efectivo cuando se produzca una transferencia de un jugador. Como se puede apreciar, el panorama que se vislumbra para el próximo año es tan o más obscuro como el que está finalizando. ¿No son, acaso, condiciones propicias para que José del Solar continúe trabajando en la institución merengue?

Por: Ricardo Vargas Pinto

 



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