Recordar el cumpleaños de tu padre o el nombre de una persona que te acaban de presentar, retener el camino de vuelta al hotel en una ciudad nueva, conservar intactos los recuerdos de la infancia de tus hijos o lo que estudiaste en el colegio, ¿por qué hay personas cuya memoria es prodigiosa y otros que no pueden confiar en ella ni para el más ínfimo detalle? .
Un equipo de científicos del Baylor College of Medicine (BCM) de Houston (Texas) parece haber encontrado una molécula en cuya ausencia la memoria de los mamíferos se multiplica.
La molécula en cuestión es la PKR, estudiada durante años por su labor como protectora de los mamíferos contra infecciones virales. Pero el equipo liderado por el doctor Mauro Costa-Matiolli, profesor de neurociencia en BCM, observó que la actividad de esta molécula aparecía modificada cuando un paciente presentaba algún tipo de desorden cognitivo, por lo que comenzaron a estudiar su función en el cerebro.
El resultado fue asombroso. “Descubrimos que cuando inhibimos genéticamente la molécula PKR, aumentamos la excitabilidad de las células del cerebro y potenciamos el aprendizaje y la memoria”, explicó el especialista
Durante el estudio, el equipo del BCM utilizó dos tipos de ratones. Unos con PKR en el cerebro y otros en los que esta molécula había sido inhibida. Lo que observaron fue que los ratones sin PKR tenían una especie de “súper memoria” comparados con el otro grupo de roedores. Una de las pruebas que realizaron fue comprobar la memoria espacial de los ratones para encontrar una plataforma siguiendo indicadores visuales. Los ratones normales tuvieron que repetir varias veces el ejercicio para recordar el emplazamiento de la plataforma, mientras que los ratones sin PKR aprendieron la ruta tras una única prueba.
Tras descubrir su efecto en el cerebro, la investigación se orientó a detallar el funcionamiento de este proceso molecular. Encontraron que cuando se inhibe la molécula PKR, el aumento de actividad sináptica (la comunicación entre neuronas) es producida por el interferón gamma, otra molécula relacionada con el sistema inmunitario. “Los resultados muestran que dos moléculas conocidas por su papel en el sistema inmunológico regulan el tipo de actividad cerebral que conduce a la formación de la memoria a largo plazo en el cerebro adulto”, detalló Costa-Mattioli.
La verdadera revolución de este estudio, publicado en la revista científica Cell, es que prueba que el proceso inhibidor de PKR que se realizó en los roedores se puede reproducir en los humanos. Para hacerlo universal haría falta desarrollar la “pastilla crece-memoria”, un medicamento que incluiría la pequeña molécula encargada de bloquear la molécula PKR.
Costa-Mattolli es consciente de que el desarrollo de una píldora así puede tardar años y que encontrará diversos obstáculos para su aprobación en la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos. A pesar de ello, mejorar la actividad cerebral de millones de personas es una meta apremiante. “Más investigación es, sin duda, necesaria para traducir estos resultados en terapias efectivas, pero para nosotros sería un placer si nuestro estudio contribuyese a ese fin”, puntualizó el científico.
Por MARÍA G. PICATOSTE