La reelecta presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, asume su segundo mandato consecutivo con un amplio apoyo popular y el desafío de hacer frente a la inflación, enfrentar los temores de una recesión y continuar el crecimiento económico de su país.
“Nada ni nadie nos hará cambiar el rumbo. Vamos a continuar el rumbo de la Patria, el que nos marcaron los próceres de la historia. El de gobernar para mejorar la calidad de vida, darle mayor autonomía al país, seguridad, equidad, justicia, igualdad y libertad”, afirmó Fernández de Kirchner.
Este tercer mandato kirchnerista consecutivo, un récord en la historia argentina para un mismo partido, deberá prestar atención a la crisis internacional y -según coinciden los analistas- su efecto en sus principales socios comerciales, como Brasil y China, y en los valores de las materias primas que exporta, en especial la soja.
La confiabilidad en las estadísticas oficiales, la competitividad del peso como moneda nacional, la viabilidad de su modelo económico y fiscal y el sostenimiento cada vez más caro de una extensa red de subsidios sociales serán otros temas.
En este sentido, el gobierno anunció en las últimas semanas el cese de subsidios al agua, la electricidad y el gas a los sectores de mayores ingresos, aunque la medida ya comprende también a parte de la clase media.