Scarlett Johansson ha vuelto a demostrar por qué el desnudo es algo bello, posando de lo más sugerente para el objetivo de Mario Sorrenti. La actriz ha dejado al descubierto una vez más parte de sus sinuosas curvas aunque esta vez, se trata de algo consentido.
Después de haber dejado atrás la polémica de las fotos que un hacker robó de su teléfono y distribuyó por Internet, Johasson se ha dejado fotografiar para un completísimo reportaje en Vanity Fair.