El suizo Roger Federer logró hoy, por primera vez en su nutrida carrera, clasificarse para la final del torno de Bercy, el último Masters 1.000 de la temporada, tras derrotar al checo Tomas Berdych por 6-4, 6-3 en una hora y 20 minutos.
El de París era el único Masters del que Federer no había disputado la final y, junto con Roma y Montecarlo, el único que no figura en su palmarés.
Frente a Berdych, cuando se anunciaba un ejercicio más complicado, Federer acudió a su mejor juego para dejar en la estacada al checo de 26 años.
Le bastó imponer un juego de servicios mínimos ante un Berdych que debió pagar la fatiga del gran partido que jugó la víspera contra el escocés Andy Murray, un monumento al tenis de casi tres horas y media de duración jugado de poder a poder.
El quinto favorito, que ya ganó en Bercy en 2005, se presentaba como un rival complicado para Federer. Porque estaba en buena forma, porque le había ganado en tres de los últimos cinco duelos entre ambos, incluido el único disputado este año, en cuartos de final de Cincinnati.
Pero no estuvo a la altura de un rival que aprieta el final de temporada para seguir sumando récords a su palmarés.
Contra Mónaco sumó su victoria 800 en el circuito, lo que le incluyó en un selecto club que cuenta sólo con siete socios. Mañana puede conseguir su 18 título en un Masters 1.000, lo que le dejaría a uno de Rafael Nadal, el líder de esa clasificación.
Para lograrlo tendrá que vencer al ganador del duelo entre el francés Jo-Wilfried Tsonga, sexto favorito, y el estadounidense John Isner, gran sorpresa del torneo.