Millones de musulmanes de todo el mundo participan en el rito de la lapidación de las estelas, que simboliza la lucha contra Satán, en el marco de la peregrinación anual a la ciudad santa de La Meca, en Arabia Saudita.
La lapidación de Satán, el último y más peligroso del Hajj (peregrinaje anual que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si su salud y medios lo permiten), inició al amanecer con el acceso al valle de La Mina.
El coronel Naser Al Nahari, uno de los dirigentes de la Defensa Civil que participa en la organización de la peregrinación, aseguró que los espacios consagrados al lanzamiento de las piedras acogieron cada hora a más de 300.000 personas.
Para garantizar la seguridad en esta etapa se ha construido una cuarta planta en el llamado “puente de Yamarat”, a fin de evitar avalanchas humanas como las ocurridas en 2004 y 2006, que se cobraron cientos de vidas.
Después de la ceremonia de la lapidación de las estelas, los peregrinos se dirigen a la gran mezquita de La Meca para asistir a la “visita de despedida” de la Kaaba, una estructura en forma de cubo de piedra negra, la reliquia más sagrada del Islam.
Con el rito de la lapidación de las estelas, los musulmanes dan comienzo además al Eid al Adha (Fiesta de sacrificio), que junto con el mes de ayuno del Ramadán es una de las festividades más importantes de la religión Islámica.
La peregrinación anual a La Meca (Hajj) es uno de los cinco pilares del Islam que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en su vida, si sus medios económicos o su salud se lo permiten, aunque la fiesta del sacrificio se celebra en todo el mundo.