Parodiando el leve accidente automovilístico que sufrió el futbolista Paolo Guerrero en San Isidro el martes pasado luego de su arribo de Quito, Carlos Álvarez y su elenco efectuaron un singular sketch donde se observa los “privilegios” que recibe el delantero en una comisaria, en desmedro de un taxista anónimo.
Paolín (Álvarez) es atendido por unos “contemplativos” agentes policiales representados por Fernando Armas y Lelo Costa, quienes favorecen al famoso delantero del Hamburgo y perjudicando a un desconocido taxista (Chatín).
Luego los policías reciben una llamada del hermano del vicepresidente “Chejode” para una cita en las Brujas con promesas de ascenso a generales pese a ser suboficiales.