Anders Behring Breivik, el noruego que asesinó a 77 personas en julio compareció ante el tribunal en una audiencia pública.
Breivik, que detonó una gran bomba de fabricación casera en la capital y luego mató a tiros a 69 personas en un campamento de verano del gobernante Partido Laborista en la isla, ha dicho que no reconoce la autoridad del tribunal para juzgar su caso.
“Soy un comandante militar del movimiento de resistencia noruego y de los Caballeros Templarios de Noruega. Respecto a la competencia (del tribunal), me opongo a ella porque ustedes han recibido su mandato de organizaciones que apoyan la ideología (y) porque respaldan el multiculturalismo”,declaro.
“Reconozco los actos, pero no me declaro culpable”, agregó. La masacre estremeció a una nación conocida por contar con una sociedad abierta, con paz y relativa prosperidad, iniciando un debate sobre la inmigración y los estándares de seguridad.
La audiencia fue la primera oportunidad para que la prensa, los sobrevivientes a la tragedia y los parientes de las víctimas escucharan a Breivik, de 32 años, hablar en público.
La cita, estipulada bajo la ley noruega para mantener a un sospechoso en prisión antes del juicio, fue la cuarta de Breivik y, tal como se esperaba, la corte decidió mantenerlo bajo custodia. Posiblemente permanecerá en la cárcel hasta el inicio de su juicio, que podría empezar en la primera mitad del 2012.
A unas 120 personas se les permitió entrar en la corte, mientras que cientos de otras más ingresaron a las oficinas aledañas equipadas con cámaras que transmitían el proceso.