Transcurría 1949. Una joven pelirroja buscaba triunfar como modelo. Entonces, un fotógrafo le hizo un retrato algo subido de tono, para el que posó desnuda como una pin-up sobre una tela de terciopelo rojo.
El retratista, agradecido a la modelo, le pagó 50 dólares. Ella los usó para pagar el primer plazo de un coche.
El fotógrafo era Tom Kelley y la modelo, cuyo retrato protagonizó cientos de calendarios de la época, era nada menos que Marilyn Monroe, que tan sólo tenía 23 años.
Los 50 dólares se multiplicarán en varios miles cuando el emblemático retrato salga a la venta.
En la web de la subasta, puede leerse un comentario del escritor y ensayista Norman Mailer, que una vez escribió acerca de la foto: “Curiosamente, en algún sentido, ese desnudo que hizo Kelley sobre Marilyn se convirtió en el catalizador de la revolución sexual que le siguió poco después”.
La historia, que ha dado a conocer el diario británico The Telegraph, tiene otro dato curioso: precisamente esa foto que ahora se subasta se usó, cuatro años después de ser tomada, para la primera edición de la revista Playboy.
Todo objeto que haya pertenecido a la estrella o que tenga relación con ella causa furor. El vestido rosa de satén que lució en Los caballeros las prefieren rubias, por dar un ejemplo, se vendió por más de 250 mil euros y el blanco, uno de los más icónicos de la historia del cine, consiguió recaudar 3,4 millones de euros.