Steve Wozniak, socio fundador de Apple, acompañó a Steve Jobs en los comienzos de su aventura creativa, en el garage que le prestaba su padre adoptivo. Conmocionado, recordó aquellos primeros tiempos.
Junto con Jobs, Steve Wozniak fundó Apple en 1976, “sin imaginar jamás que eso crecería para convertirse en lo que es hoy, que sería una parte tan importante en la vida de todo el mundo, de tantas maneras”, como relató ahora a la cadena CNN.
Wozniak dijo que “quedó sin habla” al enterarse de la muerte de su ex socio, y comparó el impacto de la noticia con la de la muerte del ex Beatle, John Lennon. “Estoy un poco, como aterrado, me he quedado sin habla, no puedo poner mi mente en funcionamiento, no puedo hacer cosas”, dijo el cofundador de Apple, que hoy tiene 61 años.
“Woz” Wozniak creó las computadoras Apple I y Apple II. En 1981 fue víctima de un accidente aéreo y luego de su recuperación, prefirió volver a la universidad y trabajar como un ingeniero más en Apple. Dejó de trabajar para la marca en 1987, pero sigue siendo accionista de la empresa y todavía recibe un salario.
“Es como cuando murió John Lennon, o JFK (John F. Kennedy)… no pienso en nadie más, quizá Martin Luther King”, dijo Wozniak, en referencia al presidente de los Estados Unidos asesinado en 1963 y al líder del movimiento por los derechos de los afroamericanos, también muerto en un atentado en 1968. “Queda un gran agujero en uno, es muy duro recordar y reflexionar y tocar todos esos sentimientos, lo que significa”, agregó.
También recordó que, cuando estaban creando el grupo, él y Jobs tenían “la sensación de que era algo increíblemente importante”, pero que nunca imaginaron la dimensión que tomaría. “Lo que nunca percibimos es todo lo que hoy hacemos de modo distinto en la vida; ahora nos sentamos frente a un teclado o tomamos un iPad o un iPhone y hacemos las transacciones de nuestras vidas, pero no podíamos percibir entonces que llegaríamos a poder almacenar una canción en una memoria de computadora”.
Sobre sus comienzos en aquel mítico garage, dijo: “Soldábamos hierro, conectábamos cosas, Steve estaba al teléfono para comprar componentes, encontrar ventas, hablar con gente, conseguir dinero”.
“Al comienzo -sigue relatando Wozniak-, la chispa era tomar la tecnología del momento y convertirla en la tecnología de mañana, estábamos en eso y Steve siempre me empujaba: «¿puedes hacer esto? ¿puedes hacer aquello?», más allá de lo que el ingeniero sabía hacer, pero él lograba que el ingeniero dijese: «sí, puedo, puedo», y finalmente se hacía. (Steve) no escribía él mismo los programas, pero con seguridad podía utilizar las formidables técnicas de gestión para obtener lo mejor de todos los programadores de Apple”.
“Todo el mundo sabe lo que él ha hecho: él ha superado por muy lejos todos los objetivos que se había fijado”, concluyó.