La jueza decidió que no tenga más el beneficio de la libertad condicional y la envió a la cárcel. Pagó una fianza de 100 mil dólares para salir y volverá a enfrentarse a la corte en noviembre.
LiLo debió pagar una fianza de 100 mil dólares luego de que la jueza Stephanie Sautner le revocara la libertad condicional por “no entender que se trataba de un privilegio”, ni cumplir con las tareas comunitarias a las que fue sentenciada, que incluía trabajar en un centro para mujeres.
Lohan fue juzgada por conducir ebria y robar un collar de una joyería. Pese a estar en prisión, le fue concedida la libertad condicional por falta de espacio en la cárcel y porque sus delitos eran menores.
Sin embargo, Lindsay no se presentó en nueve ocasiones en el Downtown Women’s Center de Los Ángeles, donde debía prestar servicio comunitario cuatro horas por día, ni tampoco acudió a las sesiones de terapia psicológica una vez por semana. Según la actriz, las tomó, pero por teléfono.
Por eso, Sautner la mandó de vuelta a la penitenciaría, aunque pudo salir bajo fianza y deberá cumplir de todas formas con un nuevo servicio comunitario para poder rebajar la pena: limpiar la morgue de Los Ángeles antes del 2 de noviembre, día en que se reanudará el juicio. En caso de que LiLo siga en falta, podría ser sentenciada a un año y medio de prisión.
Después de escuchar la decisión de la jueza, Lohan abandonó la sala esposada y, frustrada y con la cabeza gacha, no dejó que los guardias la tocaran o la guiaran a la salida.