Políticos esperan milagros en el mes morado
El Especial del Humor celebró el mes del Señor de los Milagros junto a nuestras autoridades y políticos, quienes hicieron largas colas a fin de que el Cristo Moreno, les cumplan sus “singulares y ocurrentes” pedidos. Este sábado en el “Especial del humor”, entérese de las peticiones de nuestros conocidos personajes como “Ricardo Belmonte” (Jorge Benavides), Susana Villagrán”(Enrique Espejo, “Yuca”), “Mauricio Diez Canseco” (Alfredo Benavides), entre otros.
BELMONTE:
Señor. Cómo estás, mi hermano. Señor, quiero pedirte que por favor hagas que los patrocinadores voluntarios se multipliquen como tú multiplicaste los panes y los peces, y como yo multipliqué las acciones de RBCH la primera vez que les metí la yuca, digo, que los convencí de hacerse socios del canal más limpio de la televisión peruana. Aquí entre nos, tú sabes que estoy misio, que los tachos de mi canal no tienen focos sino velas, que las cámaras son con las que filmaba Chaplin sus películas del cine mudo. Hazme esa gauchadita, mi hermano, tú puedes. Lucha, estudia, trabaja, triunfa.
MAURICIO:
Señor, no quiero que me mandes más bebitas porque para eso me las arreglo solito gracias a este cacharro lindo que me has dado y a mi verbo florido. Tampoco quiero que me ayudes en mis negocios porque me va muy bien vendiendo pizzas italianas, francesas, americanas y próximamente pizzas chinchanas con cavanosi de gato. Lo que quiero pedirte es que, por favor, la gente lea mis libros. Se venden, pero como son gruesos lo usan como tabla de picar o como esos mojones que ponen en las carreteras para marcar los kilómetros. Mis libros contienen frases muy profundas como “Dime con quién andas… y si está buena me la mandas” o “Detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y detrás de esa gran mujer está la esposa”. Entonces espero que me avises cuando vas a cumplir mi pedido. Me llamas a la línea 545, frases del bebito, te espero.
LA CARLOTA:
Señor, cómo estás. Vengo a pedirte un humilde milagrito. Señor, ¡has que mi Luismi vuelva a estar en el pico más alto de la popularidad!… ¡Hace tiempo que no lo llaman para ningún concierto!… ¡Ay, que me da, que meda!… mejor no me desmayo porque malogro tu alfombra de flores.. Tienes que ser consciente, pues Señor. Llaman a muchachitos todos horribles como el Justin Biebner ese ¡No pues, así no es!…. A ver si haces que mi Luismi aunque sea me dé un piquito…
YEJUDE:
Señor, vengo a pedirte que conviertas en tocino la lengua de Techito, y que se la coma sin darse cuenta. ¡¿Cómo va a decir que el pleno de Ica fue una estupidez?!… ¡No pues, Señor!. Aunque, entre nos, yo creo que el gordo tiene razón. Fuimos a Ica, escuchamos a los pobladores pero hasta ahora no hemos hecho nada. Bueno, nada tampoco. Yo he hecho una sangría de rechupete con el vinito que me regalaron en Ica.
SUSANA:
Señor, vengo a pedirte solo una cosa: quiero que me des sabiduría, Señor, que francamente no se me ocurre qué obra hacer en la municipalidad. Ya hablé sobre el excremento de las palomitas, ya puse una pantalla gigante para que el pueblo vea el fútbol, y hasta de adivina la he hecho porque acerté con que Paolito Guerrero le metía dos golazos a Paraguay. Ahora me dicen “el pulpo Paul” pero yo no sé si por lo de pitonisa o porque me agarro al sillón municipal como si tuviera tentáculos con ventosas. Ayúdame pues, Señor. ¡Ya se me ocurrió algo!… ¡Gracias señor!… ¡Voy a repotenciar el tren eléctrico de Alan!… Total, en la municipalidad lo que me sobra son “vagones”.
LUCIA DE LA CRUSH:
Señor, vengo a pedirte un favor. Tú sabes que frente a cámaras, para no hacer roche, dije que no quería ver nunca más a Luisito, que me llegaba altamente lo que hiciera con su vida. Pero, Señor, tú sabes que eso no es cierto. ¡Lo extraño a mi amor Luisito!… ¡Extraño cuando cantaba todo desafinado y la gente creía que se estaba muriendo!… ¡Fue un golpe muy duro que él se fuera!… ¡Fue un golpe casi tan duro como los que me daba cuando me gomeaba, pero así es el amor y contra eso nada se puede!… Te pido que regrese Luisito, que ya le he comprado su ropita y sus zapatillas de marca, como le gustaba. Pero, eso sí, que sea un secreto entre nosotros dos. (SALE CANTANDO) ¡Ese secreto que tienes conmigo nadie los sabrá!
LUISITO:
Señor, vengo a pedirte solo un milagrito: ya no quiero que me gusten las viejas. Quiero que me gusten las chicas de mi edad como a cualquier otro muchacho. Ya no quiero tener gusto por el charqui, por la chalona. Una vez salí con una mujer tan vieja, que en vez de “historia médica” tenía “pre historia médica”. Era tan vieja que conocía el Mar Muerto cuando todavía estaba enfermo. Ya no quiero salir con ese tipo de mujeres, Señor. Te prometo que yo voy a hacer todo de mi parte. Te juro que nunca más voy a volver a fijarme en mujeres tan antiguas, y a partir de ahora voy a ser chibolero.
(ENTRA VIEJITA Y SE PARA JUNTO A EL)
VIEJITA:
Señor, vengo a pedirte un milagrito. Tengo 98 años, acabo de enviudar y mi difunto esposo me ha dejado una fortuna de diez millones de dólares. (A LUISITO SE LE SALEN LOS OJOS) No sé qué hacer con tanto dinero, Señor. Cómo quisiera encontrar en mi camino un buen hombre que me aconseje y que me quiera por mi belleza externa, por mi hermoso cuerpo, y no por lo que tengo.
LUISITO:
Esteee… disculpe, (CIRIO) Creo que San Pedro dejó abierta las puertas del cielo porque se le están escapando los ángeles…
VIEJITA:
¿Lo dice por mí, jovencito?
LUISITO:
Por supuesto, joven y hermosa dama. ¿No quisiera un lonchecito?… y con pan de molde para que no se le caiga la dentadura postiza…
VIEJITA:
¡Ay, pero qué considerado!… ¡Será un placer!
(LUISITO LE OFRECE EL BRAZO, VIEJITA LO TOMA Y SALEN JUNTOS)
LUCIA:
Ya te vi, desgraciado!… ¿Con que saliendo con chicas más jóvenes que yo, no?… ¡Ahora vas a ver!