Martes, 14 de Mayo del 2024 
Este jueves 13 continúa el ciclo dedicado al Resurgimiento italiana con la proyección de la película San Miguel tenía un gallo (1972) de Paolo y Vittorio Taviani, con Giulio Brogi, Daniele Dublino, Renato Cestiè y Vito Cipolla. La función se realizará en el auditorio del Instituto Italiano de Cultura (Av. Arequipa 1055, Santa Beatriz) a las 6 p.m. El ingreso es libre.
En 1870 el anarquista internacionalista Giulio Manieri guía a un grupo de compañeros en un veleidoso intento revolucionario, en un pequeño pueblo de Umbria, que acaba en un inevitable fracaso que le cuesta la condena a muerte.
La pena luego es commutada y durante la cadena perpetua Manieri transcurre las interminables jornadas de reclusión solitaria escenificando consigo mismo debates políticos, logrando así sobrevivir al aislamiento pero apartándose hacia la insania mental. Adaptación libre de la novela “Divino y humano” de León Tolstoi.
El jueves 20 de octubre el ciclo continúa con la película ¡Que bello es morir asesinado! (1975) de Ennio Lorenzini con Angela Goodwin, Stefano Satta Flores, Alessandro Haber y Giulio Broggi.
El filme, cuyo título es el de una canción popular napolitana reelaborada por Roberto De Simone, cuenta la empresa del barón Carlo Pisacane organizada a la manera mazziniana, es decir, poniendo más atención al entusiasmo patriótico que a una estricta preparación. Zarpó de Génova con veinticuatro voluntarios, con la finalidad de pone en marcha una revolución de los campesinos del sur, hace desviar el barco, que se dirigía a Tunez, hacia de isla de Ponza donde liberó a 323 detenidos y se abasteció de armas.
El ciclo concluirá el jueves 27 con la proyección de la película ¡Qué viva Italia! (1960) de Roberto Rossellini, con Renzo Ricci, Paolo Stoppa y Franco Interlenghi.
Sicilia, 1860. Garibaldi desembarca en Marsala y en Calatafimi derrota al ejército borbónico. Con el apoyo de la población local, los garibaldinos superan el estrecho y avanzan hacia Nápoles, capital del Reino de las Dos Sicilias. En el río Volturno, Garibaldi inflinge alas fuerzas reales la derrota definitiva. En ese momentos sus hombres quisieran dirigirse hacia Roma, pero Garibaldi sabe que es necesario llegar a acuerdos con Vittorio Emanuelle II. Los dos se encuentran en Teano y Garibaldi entrega en las manos del soberano los frutos de lo que ha realizado.
