Roger Federer, “la leyenda viva del tenis”, cumple hoy 30 años de vida y si bien el tiempo ha pasado recién se empieza a crear la Leyenda en torno a uno de los mejores jugadores de Tenis de todos los tiempos.
Podrá ganar o perder, pero el tenis moderno no conoce a nadie cuyos golpes y movimientos sean tan perfectos y precisos, todos técnica y visualmente inmejorables. Su simbiosis con el juego es tal que ni siquiera suda, o eso parece. Es la elegancia máxima sobre una pista. Y, además, suya es la gran referencia de este deporte: su récord de 16 títulos del Grand Slam. Exagerando sólo a medias, Federer es el tenis y el tenis es Federer.
“Todavía amo el tenis”, asegura Federer cumplirá 30 años en Toronto, sede del Masters 1.000 de Canadá donde siempre le toca apagar las velas, pero en Toronto ya piensan en festejar a lo grande el cumpleaños de Federer y como siempre cantar el “Happy birthday” en pleno juego.
El actual número tres del mundo sigue siendo tan filosófico como siempre y dice que ya está planificando más allá de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
“Me inspiro en aquellos que jugaron durante mucho tiempo, como Agassi, Connors, Rosewall o Laver, y ver lo que fueron capaces de hacer. La gente tiende a decir que, a cierta edad o cuando tienes hijos, ya no puedes ganar nunca más, pero yo siento que puedo ganar más Grand Slams. Mi tenis está ahora en el lugar adecuado y estoy entusiasmado en ver cómo me irá en el Open USA. No siento que sea mi última oportunidad en absoluto. Veo muchas más opciones en el futuro”, avisa.
En su palmarés apenas le falta el oro olímpico y la Copa Davis. Sus 16 Grand Slams, 5 Masters, 67 títulos o 782 victorias son algunas de sus marcas actuales. Las mejore o no en el futuro, nadie le podrá rebatir una de las frases que ha pronunciado en vísperas de este aniversario redondo. “Estoy en paz conmigo mismo”. Federer, padre de gemelas, cumple 30 años, los primeros camino de la eternidad.