Este miércoles 20 a las 7:30 p.m. en la Iglesia de San Francisco (Jr. Ancash cdra. 1, Lima), la Orquesta Sinfónica Juvenil del MINEDU será dirigida por el maestro Juan Carlos Rivas, destacado músico colombiano que dirije Batuta, una red de orquestas juveniles e infantiles de su país. El concierto se repetirá el jueves 21 a las 7:30 p.m.en el auditorio de Petroperú (Canaval y Moreyra, esquina con Paseo de la República) en San Isidro. El ingreso a ambos conciertos es libre.
El programa incluye el Concierto Nº 5 para violín y orquesta de W.A. Mozart con la participación, en calidad de solista, de Maylin Pre Kong (13 años) y la Sinfonía de Junín y Ayacucho del maestro Enrique Iturriaga.
SOBRE JUAN CARLOS RIVAS
Juan Carlos Rivas descubrió la ópera siendo niño, cuando en su casa de Bogotá veía las transmisiones de las producciones de la Ópera de Colombia por el canal once, los domingos en la tarde. “Apasionarse de la opera es muy fácil, no es sino sentarse una vez en un teatro, ver que se abra la cortina, que suene la obertura y que empiecen a salir los personajes; el amor es inmediato”.
La música es su vida. Tras obtener su grado Cum Laude como Director Coral de la Universidad de los Andes, se vinculó a la Ópera de Colombia y en 2000 viajó, con el apoyo de COLFUTURO y de la Comisión Fulbright, a cursar sus estudios de Especialización en Dirección de Ópera en Mannes College of Music, en Nueva York.
Poco más de dos años después de regresar de Estados Unidos, Rivas se ha convertido en el director musical de la Fundación Batuta y la grabación de la ópera contemporánea The Floating Box, bajo su dirección, acaba de ser reconocida por la revista Opera News como una de las diez mejores grabaciones de 2005.
Sin embargo, la experiencia en la Fundación Batuta que a través de 140 centros de enseñanza en los 32 departamentos del país lleva educación musical a 30.000 niños y jóvenes. Tras seis meses al frente de Batuta, Rivas se siente pleno profesionalmente y está convencido del alcance de su labor. “Desde Batuta yo estoy buscando hacer un aporte al desarrollo social del país a través de la música, al desarrollo social de estos 30.000 niños que en el futuro serán muchos más. El propósito concreto que tenemos es la consolidación del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Colombia, apuntando especialmente a la población con menos facilidades, porque es de allí de donde debe partir el cambio social del país.
En Batuta contamos con una magia especial que sólo la música logra; no estamos hablando ni de comida ni de dinero, lo que logra la música es un cambio de las almas, de las mentalidades, es un cambio del ser humano. En la medida en que un niño sienta que le está aportando a una comunidad, que su trabajo es importante, que su esfuerzo es importante, que está haciendo algo en conjunto con otros niños, lo que aprende a través de la práctica musical se ve inmediatamente reflejado en su vida diaria. Muchos de estos niños están siendo rescatados de delincuencia, vicios, y demás problemas que tenemos especialmente donde faltan los recursos, donde está la población menos favorecida.
Batuta es un proyecto de desarrollo social, un proyecto regenerador a través de la música, y para mí es el mejor y más grande proyecto que como director musical puedo tener”