Como Amy Winehouse, son muchos los grandes músicos de todos los tiempos que han muerto, generalmente por culpa directa o indirecta de sus excesos con el consumo del alcohol y las drogas, a esa edad emblemática.
Jimi Hendrix murió a esa edad el 18 de setiembre de 1970 por aspirar su vómito, producto de una ingesta de alcohol y somníferos. Menos de un mes más tarde, y por sobredosis de heroína, fallecía Janis Joplin. También tenía 27 años.
A esos dos casos se iba a sumar el de Jim Morrison. El líder de The Doors, consumidor habitual de LSD, fue hallado muerto en la bañera de su piso parisino, 3 de julio de 1971, quien contaba con 27, por supuesto.
El 5 de abril de 1994, después de estar inhallable por varios días, el cuerpo de Kurt Cobain (cerebro de Nirvana) fue encontrado en su mansión. Se había dado un tiro en la cabeza y estaba rodeado de restos de drogas.
Finalmente Amy Winehouse que con solo dos Albums había revolucionado el Jazz con sonidos frescos. Los excesos de la joven cantante tambien le jugaron la mala pasada que al parecer no toleran la vejez y el mito de “morir joven y con un cuerpo hermoso” encuentra una colección de grandes músicos de lamentable final.