Viernes, 27 de Diciembre del 2024
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La carrera por el FMI se calienta tras cierre de candidaturas

Publicado el 11/06/11

Washington, 10 jun (dpa) – El cierre del período de candidaturas para futuro director -o directora- gerente del Fondo Monetario Internacional, este viernes en la medianoche de Washington (04:00 GMT), no hace más que calentar una competición que, como jamás en la historia del FMI, podría marcar un antes y un después en la lucha de poderes y equilibrios dentro del organismo.

El FMI ha mantenido un gran secretismo acerca de los candidatos y, según su portavoz, Caroline Atkinson, no hará pública la lista de los postulantes hasta que sólo sean tres, si es que hubiera alguno más de última hora. Es decir, como muy pronto, “a comienzos” de la semana próxima.

Insistentemente ha asegurado que está comprometido con un proceso “abierto, basado en méritos, transparente y sin preferencias geográficas”.

A juicio de analistas, no es que esto vaya a afectar sin embargo mucho a una carrera que desde el principio fue comprendida como una lucha entre los intereses de Europa, que quiere mantener la norma no escrita que desde la creación del FMI le reservó el máximo puesto a uno de los suyos, y las naciones emergentes, que reclaman que también en las directivas de la poderosa institución se refleje su cada vez mayor poder.

Símbolo de esta lucha de poderes se han convertido la candidata francesa, la ministra de Finanzas Christine Lagarde, y el presidente del Banco de México (central), Agustín Carstens, quienes no perdieron tiempo en lanzar sus postulaciones.

Y este viernes se agudizó aún más la competición cuando el hasta ahora único tercer candidato, el gobernador del Banco Central de Kazajstán, Grigori Marchenko, anunció en la cadena CNN su decisión de retirar su candidatura argumentando que es “más o menos obvio” que Lagarde se hará con el puesto.

Tanto Lagarde como Carstens están embarcados en una frenética gira por todo el mundo con el fin de tratar de asegurarse el máximo de apoyos en un proceso de por sí ya complicado, con cuotas de poder diferenciadas entre países y bloques símbolo en sí mismo de los desequilibros históricos del FMI.

Ambos, según reconoció el propio organismo, son candidatos más que cualificados para aspirar al puesto dejado vacante de forma inesperada por el francés Dominique Strauss-Kahn, quien está a espera de juicio por un presunto intento de violación en Nueva York, una oscura historia que el FMI quiere dejar atrás cuanto antes.

Lagarde sabe ya que cuenta con al menos el voto en bloque de los europeos, que no tardaron en cerrar filas en torno a la candidata gala y que dominan un tercio de las cuotas de voto, algo nada desdeñable.

Por el contrario, hasta ahora Carstens, si bien ha conseguido apoyos individuales de algunos países, no ha logrado que un bloque significativo de naciones -y de cuota de voto- respalden su apuesta.

Algo que ha sorprendido incluso hasta a avezados analistas como Fred Bergsten, director del renombrado Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington.

“Resulta un tanto sorprendente que los países emergentes no se hayan unido para ofrecer un candidato o apoyar a uno de su parte (…) la falta de actividad, su no-fusión es lo más sorprendente y, de forma negativa, lo más significativo en estos momentos“, dijo en conversación con periodistas esta semana.

También Marchenko destacó el fracaso de los países emergentes por unirse tras una candidatura alternativa a la de Lagarde como motivo de su retirada. “Es mejor retirarse y no poner a algunos de los países en una posición embarazosa”, dijo, según CNN.

Son varias las razones manejadas para esta desunión de un bloque, el emergente, que teóricamente debería perseguir un interés común en tratar de “desbancar” la tradicional silla europea.

Entre otros, Bergsten citó que se perciba a México como demasiado próximo a Estados Unidos, que no sea considerado decididamente como una economía emergente o hasta que no pertenece al poderoso grupo BRIC conformado por Brasil, Rusia, India y China.

O que las naciones emergentes, aunque con un objetivo común, tengan aún demasiados intereses divergentes.

“La cuestión es si las rivalidades entre emergentes son más fuertes que el deseo común de tener a uno de los suyos en el puesto”, indicó Bergsten.

Otras naciones parecen concebir esta carrera como una oportunidad de manejar hilos con la vista puesta en el más largo plazo.

Como Brasil, la gran sorpresa de muchos por no presentar un candidato propio ni apoyar abiertamente a Carstens, teóricamente “uno de los suyos”, por mucho que les diferencie. Pero su ministro de Hacienda, Guido Mantega, dejó claro que Brasilia apuesta por una estrategia que va más allá de nombres.

“Nuestro juego es claro: nuestra posición depende del compromiso de los candidatos con nuestros criterios, en especial con nuestra demanda de una mayor participación de los emergentes en el Fondo”.



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