Se ha convertido en un personaje popular de varias generaciones. Para unos es una figura controvertida y otros lo consideran imperdible en el celebrado mundo de la farándula. Lo cierto es que Pablo Villanueva Branda, mejor dicho “Melcochita”, con su 74 años, actualmente sigue vigente en la televisión y alimentando con sus ocurrencias la preferencia en grandes y chicos. Esta vez nos habló en serio y no se guardó nada, mostrando su lado humano y con la “chispa” que lo caracteriza para decir lo que siente.
-Pablo, ¿qué te hace seguir pisando un set de TV?
“Mira hermano. Hay que vivir en paz, sin fregar a los demás. Estar siempre junto con la familia, la felicidad de los hijos, es el mejor termómetro para que las cosas te vayan bien. Este es el resultado de estar frente a cámaras. Ah, llevar una vida sana.”
-Pero, ¿a quién le debes todo lo que tienes?
“Al bravo de arriba, a Dios. Su bondad lo tomo con tranquilidad y trato de ser cada día mejor, sin pelearme con nadie.”
-La gente se pregunta, ¿cuál es tu fuente de inspiración para lo que dices?
“La calle, la gente, lo que ves y sientes cuando caminas, ahí no hay libretos, para hacer chistes no se estudia, eso nace. Así salió “No lo vean”, a veces dando la contra te resulta mejor.”
-¿Cómo identificas al “melcocha” sonero?
“Como dicen los grandes maestros del ritmo caliente, sonero no es cualquiera, no solo es tener buena voz, sino transmitir la música al gran público. El “suing” es muy importante para saberse parar en un escenario. Creo haber logrado eso y le sigo dando.”
-Entonces, ¿cuál fue tu mejor momento como sonero?
“Cuando tuve el privilegio de compartir tarimas al lado de la inolvidable Celia Cruz, Willy Colón e incluso con Ray Barreto en conciertos internacionales. Estos trabajos, despertó interés el año 83, cuando fui entrevistado por el famoso David Letterman para la televisión norteamericana. Mucha gente no me creyó, pero finalmente la verdad se impuso.”
-Melcochita, ¿cómo va en nuestro medio la salsa?
“Hay muchos factores del porqué no se consolida. Ahorita nomás la cumbia norteña está en su momento, además no aparecen nuevas figuras al frente de orquestas. Aun así, la gran legión de salseros no decae, una prueba de ello son la llegada de notables artistas salseros. La plaza para la salsa sigue vigente.”
-Salgamos de duda, ¿de qué barrio eres?
“Mira hermanito. Yo soy de todos los barrios, claro nací en La Victoria, cuna del pueblo, donde no es necesario tener dinero para vivir “chévere”, con alegría. Qué peruano no conoce la Av. Manco Cápac.”
-También hay polémica, ¿de quién te descubrió?
“Quien más pues hijito. A mi descubrió mi tío Augusto Ferrando, siendo la mejor época los 70, con la “Peña Ferrando” y me inmortalizó con “Melcochita”, que Dios lo tenga en su gloria a mi tío.”
-¿Qué opinas sobre los actuales programas cómicos?
“Sinceramente no me gusta juzgar a mis compañeros de arte, pero lo que si puedo decir es que no veo mucha hermandad, solidaridad entre ellos, muchos se creen estrellas, se creen indispensable, así no es. En mi época, la unión fue la base del éxito, el compañerismo seguía más allá de las grabaciones. Hoy para hacer reír se recurre con frecuencia a las lisuras y a los golpes.”
Así de sencillo y serio también es Pablo, caminando siempre elegante y atendiendo con sus acostumbradas ocurrencias, donde la improvisación es el corazón de su fama. Con más de tres compañeras en su original amorío, igualmente se siente orgulloso de sus menores y mayores hijos.”Melcochita” hay uno solo.
Por Marcos Mendoza