Se desempeñaban en la K-League de Corea del Sur y fueron condenados por implicarse en arreglo de partidos.
Durante la investigación, Jeong Jong-kwan, uno de los jugadores que estaba siendo indagado, se suicidó y dejó una carta en la que reconocía que recibió dinero para cometer errores y contribuir en las derrotas de su equipo.
“Hemos tomado la decisión con la intención de que ésta sea la primera y última vez que tenga lugar un escándalo de amaño de partidos en la liga”, aseguró el presidente del Comité, Kwak Young-cheol, sobre lo que se transformó en la pena más dura en la historia de la K-League.
De los once implicados, diez no podrán volver a jugar en la competición y, además, se le solicitará a la Federación de ese país su exclusión de cualquier tipo de actividad relacionada con este deporte.
Otro futbolista juzgado, Kim Dong-hyun, que jugó seis veces para su Selección, será llevado a un tribunal castrense, ya que realiza el servicio militar obligatorio.
Otra curiosidad es que ocho de los once futbolistas pertenecen a Daejeon Citizen FC, club que será sancionado con la pérdida de un 30 por ciento de sus ingresos, una cifra cercana a los 175 mil euros.