Según oficiales estadounidenses, la llamada fue la culminación de una búsqueda que se extendió durante años para encontrar al mensajero personal de Bin Laden, considerado clave para llegar al terrorista.
A mitad del año pasado, este mensajero mantuvo una conversación telefónica con una persona que estaba siendo monitoreada por la CIA, según lo informado por oficiales de los EEUU, que no quisieron revelar sus identidades.
El mensajero fue así localizado en algún lugar del escondite de Bin Laden cuando sostuvo la discusión telefónica, lo que resultó suficiente para ayudar a los oficiales de inteligencia para localizar al jefe de Al-Qaeda.
A la pregunta de dónde se había metido durante tanto tiempo, el mensajero del líder de Al Qaida respondió: “Estoy de nuevo con la gente con la que estuve antes”. A lo que el amigo le dijo, tras una larga pausa: “íAlá esté con vosotros!”.
El antecedente directo de este hallazgo tuvo lugar en una prisión secreta de Europa del Este, varios años atrás, cuando el líder número 3 de Al-Qaeda, Khalid Sheik Mohamedd, confesó a las autoridades apodos de varios de los mensajeros de Bin Laden, según declararon cuatro ex agentes de inteligencia estadounidense.
Si lograban encontrar a esos mensajeros, encontrarían a Bin Laden. Y así fue. Transcurrieron años de trabajo de inteligencia antes de identificar el nombre verdadero de su mensajero más cercano.
Además, una vez develado el nombre tampoco fue tarea fácil llegar al terrorista, dado que Bin Laden era obsesivo e insistía hasta el cansancio que no quería cerca de él ningún teléfono ni computadora.