Científicos descubrieron que esa acción confunde al cerebro y ayuda a reducir la intensidad de distintos malestares. Servirá para diseñar nuevas terapias.
Científicos del University College de Londres (UCL), que publicaron su hallazgo en la revista Pain, dijeron que creían que el motivo de este fenómeno es un conflicto de información entre dos mapas del cerebro, uno del cuerpo y otro del espacio exterior.
“En la vida diaria uno usa fundamentalmente la mano izquierda para tocar las cosas del lado izquierdo del mundo y la derecha para el lado derecho del mundo”, indicó en un comunicado sobre la investigación Giandomenico Iannetti, del departamento de psicología, farmacología y neurociencia del UCL.
El científico explicó que esto implica que las zonas del cerebro que tienen el mapa del lado derecho del cuerpo y del espacio externo derecho suelen activarse juntos, lo que genera un proceso de dolor muy efectivo.
“Cuando uno cruza los brazos esos mapas no se activan más juntos”, añadió el autor, lo que produce un proceso menos efectivo y hace que un estímulo como el dolor pueda percibirse con menos intensidad.
En el estudio, científicos usaron un láser para generar cuatro milisegundos de pinchazos de “puro dolor” -en otras palabras, dolor sin tocar- en las manos de un grupo de ocho participantes. Ese procedimiento luego se repitió mientras los pacientes cruzaban los brazos.
Los participantes calificaron su percepción de la intensidad del dolor y se midieron sus respuestas cerebrales eléctricas a través de una electroencefalografía (EEG).
Los resultados tanto de los informes de los participantes como de las EEG mostraron que la percepción del dolor se debilitaba cuando los brazos estaban cruzados.
“Quizá, cuando nos lastimamos, deberíamos (…) cruzar los brazos”, dijo Iannetti.
Los investigadores esperan que su descubrimiento pueda conducir al desarrollo de nuevos medicamentos y terapias para reducir el dolor que aprovechen esta manera en que el cerebro mapea el cuerpo.