“Miss Middleton eligió la firma británica Alexander McQueen por la belleza de su artesanía, su respeto a la tradición y por la construcción técnica de su ropa. Deseaba que su vestido combinara tradición y modernidad con la visión artística que caracteriza el trabajo de Alexander McQueen“, explica el comunicado emitido por Clarence House en cuanto Middleton puso un pie fuera del coche.
Sarah Burton, de 36 años, fue mano derecha de Alexander McQueen durante 12 años y la encargada de sucederle tras su muerte, en febrero de 2010. Se suicidió a los 40 años, incapaz de lidiar con sus demonios. Siempre obsesionado por las aves, como Ícaro, emprendió un último vuelo escapando de un mundo en el que no encajaba. Catalina le ha devuelto hoy sus alas.
Se especula que fue la directora de la edición británica de Vogue quien le aconsejó a Middleton que se decantara por McQueen.
La cola mide 2,70 metros y el cuerpo de afilada cintura y caderas acolchadas es un guiño a la tradición victoriana, así como una de las señas de identidad de McQueen. En la espalda, hay 58 botones cubiertos de gazar y organza. El velo también ha sido bordado a mano por los mismos artesanos. Está sujeto por la tiara Halo, de Cartier, que Jorge VI regaló en 1836 a la reina Madre. Esta, a su vez, se la regaló a su hija (la reina Isabel II) por su 18 cumpleaños. Los pendientes de diamantes, de Robinson Pelham, han sido un obsequio de boda de los padres de la novia.