A sólo unos días de la esperada boda real del príncipe Guillermo y Kate Middleton, los vendedores de souvernis en Londres ofrecen los objetos más dispares. La creatividad parece no tener límites.
Y es que los cazadores souvenirs pueden olvidarse ya de los objetos como paños de cocina, tazas, platos o monedas cuando se trata de una boda en la Casa Real británica. De esa opinión es el especialista en armarios Spaceslide: “Los coleccionistas empedernidos pueden llevarse a Kate y Guillermo a las puertas de su ropero” por el módico precio de 448 libras (unos 507 euros), señala la firma.
Poco antes de la boda, los comerciantes de souvenirs en Londres trabajan a fondo y no son los únicos que intentan sacar partido de la boda.
Además de la tradicional oferta de vajilla made in China o paños de cocina, las empresas abruman a los británicos con ofertas para la boda del año. “La tensión es grande sobre cómo será el vestido de Kate y por qué diseñador se decidirá”, cuenta Dennis Kelly de Urban Pup, que ha presentado una nueva colección de abrigos para perros. “Asegúrense de que también su mascota va con el atuendo apropiado”.
Otros, quieren hacer dinero con sus bizarras creaciones. “La boda real es también una oportunidad inolvidable para mantener sexo con su pareja”, cree la firma Heritage Condoms. Por eso ofrece “medidas profilácticas majestuosas” por ocho libras.
El “rey de los condones” promete a los clientes una “royal of pleasure”, algo así como un orgasmo real. Y desde la caja violeta de preservativos, sonríen los futuros esposos.
Pero el fabricante de juguetes sexuales Lovehoney demuestra que puede superarlo. La empresa ha creado un anillo vibrador especial. “Confiamos en que este anillo del amor dé más placer que el tradicional plato de recuerdo”, “póngaselo a su propio Prince Charming”. El anillo es azul, el color de la casa real, y tiene un motivo que recuerda a la corona de la monarquía real británica.
Incluso el sistema de cercanías de Londres se beneficiará de algún modo del boom de la boda: el abono transportes para turistas de la capital, la “Oyster card”, puede adquirirse en una edición limitada de 750.000 unidades de la “Oyster card de la boda real”. “Recomendaría la tarjeta incluso a la feliz pareja como la forma más fácil para moverse rápidamente por la ciudad. Y más cuando su retrato ya está ahí impreso”, dijo el alcalde de Londres, Boris Johnson.
Y para los auténticos fanáticos de la boda real, se recomiendan las bolsas para vomitar de la boda real diseñado por la artista Lydia Leith. Para los más clásicos están las tazas de la firma china Guandong, en las que se ve a Kate Middleton, pero junto al hermano menor del novio, el príncipe Harry. Los medios anglosajones la calificaron ya como la “Royal Wedding Mug Fail” (algo así como la taza fracaso de la boda real).
El grupo de activistas ecologistas estadounidenses Save the Frogs se pregunta si Guillermo, como todo auténtico príncipe, no fue una rana en una vida anterior. “Es posible”, afirman, “al fin y al cabo la boda tiene lugar en el tercer día anual para salvar a las ranas”. Kerry Kriger, su fundador, dijo a la radio BBC, que está muy feliz por este perfecto timing y se mostró seguro de que “el príncipe y la princesa serán muy útiles para proteger a esos anfibios”