Una monstruosa llamarada surgió de la superficie solar el pasado 24 de febrero.
El fenómeno, considerado de clase 3,6 M por su pico de flujo de rayos X -la letra corresponde a la segunda más potente de la clasificación de las llamaradas solares-, se apagó en una hermosa y agitada erupción de plasma, que se prolongó durante 90 minutos.
Este evento fue capturado en luz ultravioleta extrema por el satélite de la NASA Solar Dynamics Observatory (SDO). Parte del material voló hacia el espacio y otros fragmentos cayeron de nuevo a la superficie solar.
Como las imágenes son en alta definición, la sensación de movimiento es, según todas las apariencias, sin fisuras.