Las autoridades han informado de que se ha detectado radiación en el agua corriente de Tokio y sus inmediaciones y en las prefecturas cercanas a la central de Fukushima-1.
La radiación que ha escapado esta semana de la siniestrada central nuclear de Fukushima, a 250 kilómetros al noreste de Tokio, ya está afectando al agua del grifo de Tokio y otras ciudades, además de a las tierras de cultivo y ganaderías cercanas a Fukushima.
Como primera consecuencia, el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar del Gobierno japonés ha ordenado interrumpir la venta de todos los productos alimentarios procedentes de la prefectura de Fukushima, según ha informado la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).
Las prefecturas afectadas son Tochigi, Gunma y Niigata –fronterizas con Fukushima–, Chiba, Saitama y la propia ciudad de Tokio.
La radiación en los alimentos de varias prefecturas ha sido reconocida este sábado por el portavoz del Gobierno nipón, Yukio Edano, que ha asegurado que la leche procedente de la prefectura de Fukushima y las espinacas recogidas en la prefectura de Ibaraki presentan una radiactividad superior a lo estipulado por la Ley de Higiene Alimentaria de Japón, según la agencia de noticias oficial Kiodo.