Jueves, 26 de Diciembre del 2024
turismo



El violento Pacífico

Publicado el 14/03/11

A pesar de su nombre, el Pacifico tiene la geografía más violenta del planeta. Está rodeado por el “cinturón de fuego“, que genera 9 de cada 10 sismos en el mundo. El Pacífico es el mayor océano. Su área (que distintas mediciones calculan entre los 150 y 200 millones de km²) es superior a la de la suma de todos los continentes. Allí se encuentran entre 20 a 30 mil islas (la mayoría de las que hay en el mundo) y poco menos del total del agua líquida de la Tierra.

Su “cinturón de fuego” en forma de herradura invertida une a toda la costa occidental de las Américas, Alaska, el Asia oriental, Indonesia y Nueva Zelanda. Este arco mide unos 40,000 kilómetros de largo y tiene 452 volcanes (3 de cada 4 que existen en nuestro planeta).

Las sacudidas que allí se producen se deben al movimiento de las placas tectónicas que componen y configuran la superficie terrestre. Si bien los movimientos telúricos pueden generar matanzas, también son responsables de haber desarrollado muchas de las actuales condiciones de vida. Los 3 archipiélagos más poblados del mundo (los de Japón, Filipinas e Indonesia en el Pacifico asiático) tienen tierras fértiles (al igual que Nueva Zelanda y los Andes), en parte, debido al producto de la lava y de los desplazamientos que desencadenan esos choques.

Las dos mayores cordilleras que existen (la del Himalaya y la de los Andes) se han creado como resultado de la sumersión de una placa debajo de la que ésta levanta. La placa del Pacífico ha producido la mayor fosa (la de las Marianas que, a 11 kilómetros de profundidad, es el punto más bajo de la corteza terrestre) y también la mayor montaña terrícola (el Mauna Kea de Hawái), la cual mide 10 kilómetros desde su base a 6 kilómetros debajo del mar. En comparación con ambas, el Everest tiene menos de 9 kilómetros por encima del nivel mar.

El Pacífico también produce la oscilación climática que regularmente causa más devastaciones a nivel internacional: el fenómeno del Niño. Éste se produce cuando se altera la temperatura de sus mares tropicales, lo cual genera sequías o lluvias torrenciales en sus extremos opuestos, pero también puede concatenar varios cambios en climas tan distantes como los de Europa o África.

Tsunami es la palabra japonesa más común en varios idiomas. Ésta se originó en el Pacífico asiático, aunque los habitantes de todo este océano han designado al tsunami con otros nombres. Uno de ellos es el de maremoto, como así se llamó al del Callao de 1746, que destruyó el mayor puerto del Pacífico americano, asesinando a más del 95% de sus habitantes.

Terra-terrorismo

El 11 de Marzo se cumplió el séptimo aniversario del mayor ataque de Al Qaeda sobre Europa (el de Madrid 2004) y se inició el último semestre previo a que el mundo conmemore una década desde el mayor ataque terrorista sobre la mayor potencia de todos los tiempos (Estados Unidos, 11-S-2001), el mismo que dio paso a una escala de guerras en el Asia occidental.Ese mismo día en el país más oriental del Asia se produjo el más duro ataque del terrorismo telúrico sobre la que llegó a ser la segunda potencia económica. Japón fue estremecido por un sismo que se calcula entre 8.8 y 9.1 grados en la escala de Richter, lo que implica una potencia que media entre 250 y 100 millones de toneladas de TNT. Al final del mismo año del 2004 en que se dieron los bombazos en los trenes españoles es que se generó un sismo con una magnitud un poco mayor a la del viernes 11. Tanto en Indonesia 2004 como Japón 2011 los terremotos generaron maremotos. Mientras el primero mató a millares en una decena de países en ambos extremos del océano Indico, el segundo, felizmente, solo llegó debilitado a las demás costas del océano Pacífico.Por fortuna el cataclismo japonés solo ha cobrado menos del 1% de muertos que tuvo  el indonesio que produjo dos centenares de miles de fallecidos. No obstante, el sismo nipón trajo una novedad: la explosión de instalaciones de energía nuclear lo cual podría crear una radiación tipo Chernóbil, afectando a varias partes del resto del mundo.Los presupuestos de las potencias en armas es superior al que tienen para hacer frente al mayor peligro a su seguridad, el cual es el peor terrorismo de todos los tiempos, el mismo que produce sin avisos y sin piedad alguna: el ‘terra-terrorismo’ producido por la propia madre Tierra.    Desde que se empezó a medir la intensidad de los sismos el mayor detectado ha sido el de Cañete-Valdivia en Chile de 1960 el cual llegó hasta los 9.5 grados Richter con una carga explosiva de 280 millones de toneladas de TNT. Entre Perú y Chile hay una rivalidad sobre el pisco aunque les debería unir más el cómo hacer frente al gran enemigo común que ambos tienen (los terremotos). Cañete es también el nombre de otra ciudad del Perú (en la cual el autor tiene parte de sus raíces) la cual, junto a la ciudad de Pisco (de donde se origina el referido licor de uva), fue destruida en el sismo del 2007, el cual tuvo una intensidad ligeramente inferior a las 6 millones de toneladas de TNT.Sin embargo, ha habido peores explosiones que las que nosotros o nuestros abuelos han conocido. Desde que surgió la humanidad hace unos 200,000 anos solo ha explotado un súper-volcán (el de Indonesia de hace 70 a 80 mil años que solo dejó vivos a 2,000 parejas en todo el mundo). El terra-terorismo es el principal enemigo de la humanidad y ante él se impone mayor inversión y coordinación internacionales.

Isaac Bigio

Cómo viví en Japón el terremoto del 11 de Marzo de 2011


Por Miguel Ponce, uno de los editores de Análisis Global

Aunque nosotros vivimos cerca de Kobe (donde pasa el meridiano que da la hora oficial japonesa) a unos 900 kms al sudoeste del área afectada, no sentimos el temblar de la tierra, pero lo sentimos indirectamente ya que nuestros dos hijos se encontraban en Tokio. Uno de ellos a bordo de un avión a punto de aterrizar en el aeropuerto de Narita de esa ciudad. Faltando solo pocos minutos para el aterrizaje, ocurrió el terremoto y el aeropuerto fue cerrado a todos los vuelos. El avión recibió permiso para aterrizar en un aeropuerto militar cercano y ahí bajaron todos a esperar turno. Yo estaba chequeando el progreso del vuelo en tiempo real en internet y como ya había pasado la hora de llegada y no se confirmaba el aterrizaje, decidí llamar a mi otro hijo que estudia en Tokio y que tenía que encontrarse con su hermano para tomar el tren bala y venir a casa esa misma noche.Nunca me imaginé que él me estuviera respondiendo en pleno terremoto, desde dentro de un vagón de tren que se zarandeaba y que finalmente se detuvo para evitar un accidente mayor. Con voz entrecortada y visiblemente asustado, mi hijo me dijo: “Papá, estamos en medio de un terremoto y en este momento esto se mueve como licuadora”; a los pocos instantes la conexión se interrumpió y no pude comunicarme con él hasta después de casi una hora en que el tren, pulgada a pulgada, llegó a la siguiente estación. En ese momento todos los trenes de Tokio, autobuses, subterráneo se habían detenido y no le era posible continuar hasta la estación de Tokio en donde tenía pensado encontrarse con su hermano, mayor que él, que sin saberlo nosotros, estaba todavía en el avión dando vueltas sobre la ciudad hasta que por fin a eso de las 4 pm, recibieron autorización de aterrizar en la base militar. A eso de las 5 pm, nos llamó por fin el mayor para decirnos que estaba en la base y que había llegado sin otra novedad y que esperaba con los demás. Después nos enteraríamos que volvieron al avión, aterrizando finalmente en el aeropuerto de Haneda, más cerca de Tokio, en donde pasó la noche durmiendo en el piso, ya que todos los asientos habían sido tomados por la gente que había estado esperando sus vuelos.Después de oir lo que mi hijo me decía, encendí la televisión y comprobé que todos los canales comenzaban a dar información sobre el terremoto, inicialmente calculado en grado 7, pero después a 8.9 convirtiéndose en el 5to más fuerte desde que se comenzó a llevar registros.Como iba a serle poco menos que imposible encontrarse con su hermano, mi hijo menor decidió volver a su alojamiento, a una media hora en tren desde Tokio, pero como ningún transporte se movía, comenzó a hacerlo a pie, esperando que en algún momento pudiera tomar sea un tren o un autobús.La conexión del servicio de celular se cortaba por largos ratos y un mensaje de texto que mandé a mi esposa, que había salido, le llegó casi una hora después, algo que normalmente toma menos de un segundo. Infructuosamente llamábamos solo para obtener el silencio más absoluto; una llamada a la compañía de aviación tampoco tuvo éxito, las líneas estaban o cortadas o no conectaban normalmente, aumentando aún más la preocupación.A eso de la medianoche, recibimos una llamada de mi hijo menor, ya había llegado a su alojamiento, extenuado, habiendo logrado tomar un autobús para una buena parte del recorrido, menos los últimos 3 kilómetros. Hoy sábado a las 7am nos llamó nuestro hijo mayor para informarnos que había podido encontrar una movilidad y ya estaba en camino a la estación de Tokio para encontrarse con su hermano, quien también se hallaba en camino, ya que los trenes funcionaban más o menos normalmente, aunque lentos como precaución de los remezones posteriores a un terremoto, en especial éste tan fuerte.A media mañana por fin se encontraron y tras asegurarse sitios en el tren bala, almorzaron y se embarcaron, llegando a casa a eso de las 4 pm.Demás está decir la alegría que nos embargaba de tenerlos con nosotros.Después de cenar y bañarse, se echaron en sus camas y en cuestión de segundos ya estaban profundamente dormidos, ¡los pobres!. Al mismo tiempo nos apena el saber que tanta gente no puede compartir esa emoción al haber perdido a sus familiares, amigos, etc.La ola tsunami que llegó después fue televisada en vivo y ver eso parecía un sueño, como una  de esas películas de desastres que hay, pero lo que estábamos viendo estaba ocurriendo en ese preciso instante y uno se siente tan impotente.Aquellos que hablan tan arrogantemente y que se creen el centro del mundo deberían experimentar esto para que sean más humildes y comprendan que paso a paso estamos haciendo daño a la Tierra, nuestro hogar, en la búsqueda de cosas como riqueza, fama, etc. que como dijo el sabio, son vanidad de vanidades.Estemos en armonía con nosotros mismos y con todo y todos, para que nuestros hijos y nuestros nietos hereden un sitio en el universo en donde valga la pena vivir y compartir, y tratemos a nuestra Tierra como lo que es, un ser casi viviente que parece sentir y es afectada por todo lo que hacemos.Seamos positivos en todo, con todos, sin distingos de ninguna clase. El planeta y las generaciones posteriores nos lo agradecerán.

 



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