La Dirección Regional de Cultura de Cusco inauguró las obras de restauración y puesta en valor del sector de 22 andenes de alta ingeniería, ubicados en la zona oriental y el sector de Huayna Picchu, en la ciudadela incaica de Machu Picchu.
Carlos Silva Gonzales, encargado de dicha oficina regional, resaltó la importancia de los trabajos efectuados en estos sectores, ya que permitirán incluirlos como parte del circuito de visita turística.
El proyecto comprendió la recomposición en segmentos de muros pandeados, desplazados por presencia de arbustos, raíces, bloques de rocas caídas, etc., así como muros colapsados cuyos elementos se encontraban al pie de la estructura
En algunos casos colapsaron hacia el precipicio, por lo que se tuvo que restituir con material nuevo.
Tras la entrega de la obra, se realizó una visita guiada a los andenes orientales, que forman parte de un proyecto integral que se inició en 2008.
El lugar está ubicado sobre los 2,100 metros sobre el nivel del mar, desde donde se divisa un espectacular panorama del valle del río Vilcanota. Allí las rocas madres son singulares al soportar las caprichosas y elevadas terrazas de cinco secciones unidas por escalinatas y una fuente de agua ceremonial proveniente del santuario.
Un camino de herradura adecuada por obreros de la Dirección Regional de Cultura a la altura de la curva seis de la carretera a la maravilla es el acceso desde 2008.
Piedad Champi Monterroso, arqueóloga encargada, dijo que los andenes (uno de hasta 100 metros de largo) estaban visibles en un 40 porciento, el resto estuvo cubierto de tierra y plantas por deslizamientos de la parte superior a consecuencia de fenómenos naturales.
La zona, según investigaciones realizadas, fue construida entre 1470 y 1532, después de Machu Picchu.
“Se ha hecho un trabajo detallado y cuidadoso, utilizamos morteros con tierra y arcilla para asentar los elementos líticos, hubo una limpieza exhausta de vegetación, comprobamos que en la parte superior y sur hay evidencias que los incas tenían visión de expandir la agricultura”, dijo la especialista.
Para el jefe del parque arqueológico de Machu Picchu, Fernando Astete Victoria, los incas adaptaron el área para producir coca, maní y algodón.
“El propósito de poner en valor es descongestionar el monumento, esto nos va a permitir que visitantes queden aún más satisfechos de conocer Machu Picchu, la zona urbana y otros sectores como estos andenes, que son la parte agrícola”, mencionó.